Los caballeros hacen cuentas y prenden las alarmas
La viralización del brief de Isonomía para inversores, con números que muestran a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner con chances de ganarle un eventual balotaje a Mauricio Macri, preocupó en Casa Rosada más que por esos números, por lo que representa el hecho de que “el mercado” comience a encender luces rojas sobre…

La viralización del brief de Isonomía para inversores, con números que muestran a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner con chances de ganarle un eventual balotaje a Mauricio Macri, preocupó en Casa Rosada más que por esos números, por lo que representa el hecho de que “el mercado” comience a encender luces rojas sobre la continuidad del gobierno de whatsapp en whatsapp. Los caballeros hacen pactos y también hacen cuentas.
Ese síntoma, sumado a la escalada inflacionaria imparable y al malestar por los últimos volantazos de la gestión económica, impactaron a contramano de lo que esperaba Macri en los activos argentinos en el exterior en medio del fin de semana largo. El aumento de precios, sin embargo, encendió una llamita de esperanza entre algunos sectores. Tan alto fue el número que algunas empresas -particularmente aseguradoras y agropecuarias- quedarán habilitadas desde el mes próximo a ajustar sus balances por inflación. Es decir, a pagar menos Impuesto a las Ganancias.
Dos años atrás, cuando -en un gesto a los empresarios- Cambiemos aprobó la ley de revalúo de balances por inflación largamente reclamada por ese sector, la posibilidad de recaudar menos por Ganancias por culpa de la inflación era impensable para el Gobierno. Le pusieron entonces un límite: podrían ajustar si la inflación anual superaba el 30%. El propio Cambiemos salió de apuro hace seis meses a retocar ese número y en octubre fijó el gatillo inflacionario en 55%, creyéndolo -otra vez- un límite imposible. En marzo, el IPC marcó 54,7% interanual.
El Gobierno jugó las únicas y modestas cartas que tenía para buscar salvar la reelección
Pero eso no es todo. El año en curso traerá otro dolor de cabeza para los recaudadores: en la misma modificación de hace seis meses, Cambiemos fijó el límite para 2019 en 30% de inflación. Las consultoras privadas, que desde septiembre vienen pronosticando por debajo del número que luego da el Indec, ya la estiman en 40%.
En medio del maremoto económico, el Gobierno jugó las únicas y modestas cartas que tenía para buscar el veranito que salve la reelección presidencial. Sorprende el timing, cuando todavía faltan seis meses para las elecciones generales. ¿Qué hará si la situación no mejora para julio? Tal vez el momento elegido tenga que ver con el sprint final del propio Macri por su reelección. Si no llega con aire al 22 de junio, día de inscripción de las candidaturas, el llamado Círculo Rojo ya designó a quien debería sucederlo.
La gobernadora María Eugenia Vidal aporta sus cartas a la jugada. El 50% de descuento en supermercados para clientes del Banco Provincia demostró efectividad en el pasado. Una medida perfectible si además el beneficio se aplicara sólo a los salarios más bajos. Esa segmentación fue propuesta por algunos de los representantes de la oposición en el directorio del BaPro. El oficialismo la rechazó. Si la aplicaran, dijeron, el descuento dejaría de ser una promoción del Banco y se transformaría en una política pública que debería financiarse con dinero de Hacienda. No está el horno para bollos.
La factibilidad de la hipótesis Vidal presidenta no divide sólo al Gobierno y sus más cercanos. También cruza las opiniones de los opositores. Cerca de un peronista de mucho peso en la Tercera Sección electoral aseguran que la gobernadora será candidata porque es la única en Cambiemos que todavía puede prometer futuro. Escenario que Macri tiene vedado después de los innumerables errores de cálculo y de gestión de su gobierno. Mientras que cerca de otro bonaerense de mucho peso, esta vez de la Primera Sección, pronostican que no será Vidal la candidata. “Vidal está hecha mierda igual que él. No cambia nada. Lo único que vas a tener es una rediscusión hacia adentro de roles”. ¿Podría ser entonces que la tozudez presidencial en buscar la reelección es en realidad la única opción disponible? Ayer, según la revista Noticias, Macri les dijo a los empresarios de los Precios Esenciales que peleará el ballotage con Cristina y que le ganará 52 a 48. Una distancia dentro del margen de error de muchas de las encuestas.
Hasta mediados de junio, la discusión política revisitará una y otra vez los mismos nombres. Macri, Cristina, Vidal, Axel Kicillof. No asoman imprevistos. La protocandidatura, según la particular definición del ex ministro, de Roberto Lavagna ya no genera tanta expectativa. “Está muy difícil juntar votos, no hay oferentes”, explican en el equipo de un precandidato nacional. Las poquísimas consultoras que hacen mediciones diarias de intención de voto ven un escenario estable desde el año pasado. Nada parece alterar los núcleos de la ex presidenta ni del Presidente, con una brecha entre ambos no disponible (al menos en su totalidad) para ninguno del resto de los postulantes. Ni Sergio Massa, ni Lavagna, ni Juan Manuel Urtubey consiguen llevarse ese otro virtual tercio entero. Proliferan por estos días los precandidatos en municipios que se imaginan yendo a la elección con boleta corta, sin los tramos nacional ni provincial.
Algunos peronistas bonaerenses creen que la única chance de sacudir el escenario es con un acuerdo Cristina – Massa. Igual que con la situación económica del país, la mayoría coincide en el diagnóstico pero pocos tienen recetas para resolver la incógnita. “Sergio es el único que tiene voto duro consolidado en la provincia de Buenos Aires para condicionar la conversación”, asegura un dirigente importante del Frente Renovador, que de todas formas reconoce que su postura no es la más bienvenida en el entorno del tigrense. Dentro de esas “condiciones”, propone que, como parte del acuerdo, ni Massa ni Cristina sean candidatos y que el FR pueda tener sub-bloques dentro de una eventual bancada oficialista en el Congreso para “condicionar las locuras”. Además, incluso sin una postulación electoral, lo imagina a Massa de nuevo en el gobierno. “El mejor Sergio es en la gestión. Desde ahí debería ser su reconstrucción”, sugiere.
“Cristina está haciendo todo bien, mi duda es cuánto le dura”, se sincera además ante BAE Negocios. Y agrega a su reflexión: “Yo creo que ya está. El Gobierno ya perdió. El tema ahora es cómo pierde”.