Vaca Muerta: un polo de atracción de inversiones
Con un área mayor a la de Bélgica, una vez y media la superficie de El Salvador o más de tres veces la del Líbano, la formación de hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta, es uno de los principales polos de atracción de inversiones del país. El inmenso reservorio de 35.000 km², ubicado principalmente en…

Con un área mayor a la de Bélgica, una vez y media la superficie de El Salvador o más de tres veces la del Líbano, la formación de hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta, es uno de los principales polos de atracción de inversiones del país.
El inmenso reservorio de 35.000 km², ubicado principalmente en la provincia de Neuquén pero también en Mendoza y en menor medida en Río Negro y La Pampa, despierta un creciente entusiasmo dada su capacidad para multiplicar como mínimo por diez las actuales reservas de la Argentina.
El optimismo oficial y privado se respalda en la maduración de la infraestructura productiva de gas y petróleo montada por una docena de compañías, la mayor de ellas YPF, cuyas concesiones en el área suman 12.000 Km2.
Interés local y del mundo
Muestras del interés por desarrollar esos recursos fueron recogidas por el ministro Nicolás Dujovne y el secretario Gustavo Lopetegui durante su última visita al corazón petrolero estadounidense, Houston (Texas), para atraer nuevas inversiones.
Se informó allí que los yacimientos de Vaca Muerta demandarán en los próximos años entre US$ 5.000 y 10.000 millones anuales; otros US$ 2.800 millones para expandir los ductos; y US$ 800 millones previstos para la línea ferroviaria de 700 kilómetros que unirá Añelo (en Neuquén) con Bahía Blanca (en Buenos Aires). En esta última localidad se sumará la construcción de plantas de licuefacción para exportar gas natural licuado (GNL), lo que requerirá invertir entre US$ 2.000 y 3.000 millones adicionales.
La esperanza de un desarrollo masivo del shale, una formación sedimentaria con baja permeabilidad que contiene hidrocarburos no convencionales alojados en los microporos de la roca (y explotable a partir de la ruptura del mineral, “fracking”), surge como respuesta al declino natural de los yacimientos convencionales y al incremento sostenido de la demanda de combustibles y los miles de productos derivados.