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Axel Kicillof comparó la situación económica con las crisis de 1989 y 2001: «Estuvimos cerca de que el Fondo le bajara la palanca a la Argentina»

Axel Kicillof compartió este miércoles un acto con Sergio Massa en la cancha de Defensores de Cambaceres, en Ensenada. Allí destacó la tarea del ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria cuando, dijo, «el FMI estuvo cerca de bajarle la palanca a la Argentina», una situación de crisis que comparó con 1989 y 2001.

El gobernador de la Provincia de Buenos Aires, que va por la reelección, le dedicó un párrafo entero de su discurso a la comparación con las crisis de 1989 y 2001, que terminaron con la salida precipitada -más o menos institucional- de los gobiernos radicales de Raúl Alfonsín y Fernando de la Rúa.

«Estamos felices y orgullosos de que vayas a ser el próximo presidente», arrancó Kicillof ese tramo de su intervención, que antecedió al discurso de Massa.

«Hoy en un canal de TV me decían ‘de nuevo hablando del FMI’. Creo que todavía hay quienes quieren ocultar quién nos trajo a ese síndico. Tiene nombre y apellido: Mauricio Macri, la derecha, Patricia Bullrich, Larreta, Grindetti. Y no quieren hacerse cargo», aseguró en un tono de campaña que no se despegó de cómo venía su participación en el escenario que compartió únicamente con Massa y con el intendente Mario Secco.

Más llamativo resultó lo que siguió. «Estuvimos cerca de que el Fondo bajara la palanca de la Argentina. Pasó desapercibido», acotó Kicillof, mirando a Massa. Antes del cambio en el Palacio de Hacienda, el gobernador fue crítico de las negociaciones que entabló Martín Guzmán con el Fondo Monetario.

Sergio Massa y Axel Kicillof en un acto en Ensenada.Sergio Massa y Axel Kicillof en un acto en Ensenada.Entonces se lanzó a hacer la comparación con 1989 y 2001.

«En el 89 no vino un desembolso y el gobierno tuvo que irse. En 2001, de nuevo, un desembolso que no hizo el FMI, con las mil excusas, y de nuevo el gobierno destruido», aseguró el mandatario bonaerense.

Otra vez giró para mirar a Massa, ahora para celebrar su gestión en Economía.

«Nadie vio, Sergio, que el FMI no quería hacer el desembolso, quería bajar la palanca, ¡y fuiste a buscar los recursos a China, a Qatar, al Banco Interamericano!», exclamó Kicillof.

También ensalzó al postulante oficialista por haber hecho una «devaluación mucho menor» a la que pretendía el FMI.

«Cuando hubo que hacer una devaluación, mucho menor, y estamos viendo las consecuencias, vinieron el ministro y el gobierno a compensar», elogió las medidas económicas en plena campaña. Y se entusiasmó: «Eso es el primer episodio del gobierno que viene: se planta con el Fondo y defiende al pueblo».

Mensaje a la militancia, a los seguidores del Papa y contra «la dinamita y la motosierra»

A lo largo de su intervención llamó a militar para atrapar votos para Unión por la Patria. Hubo críticas a los gobiernos de Macri («En 2015 ganaron con una estafa electoral») y Vidal y a las postulaciones de Bullrich y, sobre todo, Milei.

Al libertario lo cuestionó, por ejemplo, por las críticas a Bergoglio. «Ningún creyente puede votar a los que le dicen lo que le dicen al Papa Francisco», dijo Kicillof. En esa sintonía resonó otra frase: «Cristina dijo que es una elección de pisos. Vamos a ponerles un techo. Para que todos los que quieren a esta patria no voten a quienes vienen a entregarla».

Más allá de alusiones puntuales, no distinguió en sus cuestionamientos entre Milei y Bullrich. «Hoy hay otra estafa electoral: vender espejitos de colores, milagros, como novedosas ideas viejas y ruinosas que ya se usaron y no sirvieron», sostuvo sin destinatarios fijos.

Como minutos después hizo Massa desde el mismo escenario, Kicillof agradeció y llamó a redoblar la militancia «casa por casa».

«Ese trabajo no se hace con insultos y gritos, sino con paciencia, comprensión y amor. Si hay enojo, vamos a entusiasmarlos y convocarlos con lo que pensamos hacer en la Argentina y en la Provincia», dijo al respecto.

Aseguró que «la boleta de Unión por la Patria va a funcionar de escudo, pero también de impulso» para pedir el voto con miras a hacer «lo que falta». Y eso, añadió Kicillof, «no se va a conseguir con dinamita, motosierra y ajuste».

DB

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