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Chocolategate: entre las las reformas prometidas por la oposición y las denuncias de «gatopardismo»

La febril extracción de dinero que Julio «Chocolate» Rigau realizó en los cajeros automáticos de una sucursal del centro platense impactó transversalmente a toda la clase política y, así, se dispararon las sospechas sobre un supuesto sistema «alternativo» de recaudación de los partidos.

Después del silencio de las primeras semanas, en Juntos por el Cambio presentaron un proyecto para convocar a una reforma de la Constitución provincial con el fin de establecer una legislatura unicameral pero, por ahora, no asomó un intento por establecer reglas claras para la financiación de la actividad y de las campañas electorales.

«Hoy esta todo parado por las elecciones y no hay nada que efectivamente transparente, hay ´gatopardismo´ para distraer la atención» de la sociedad, dispara la diputada nacional Margarita Stolbizer.

La presidente el GEN, que tiene representación parlamentaria en ambas cámaras del parlamento bonaerense, pareció no mostrar mucho entusiasmo con el proyecto de sistema unicameral que el bloque de Juntos por el Cambio presentó el viernes 6 de octubre en la mesa de entradas de la cámara baja provincial.

La iniciativa lleva la firma del titular del bloque radical, Maximiliano Abad, y fue la respuesta política de uno de los referentes de la Cámara de Diputados bonaerense a las críticas que se ciñieron sobre toda la clase política por la pasividad inicial frente al escándalo devenido por la detención de Rigau y su bolsa con $1,25 millón, extraídos con 48 tarjetas de débito de supuestos empleados legislativos.

El proyecto, en verdad, convoca a una convención constituyente para poder modificar el actual esquema de la Legislatura provincial, que dispone un recinto para diputados y otro, para senadores.

Propone, en cambio, un sistema unicameral reduciendo de 138 a 80 los legisladores provinciales. Y prevé una vez aprobada la norma, un plazo no mayor a 120 días para convocar a los constituyentes y que éstos tendrán 60 días para enmendar la carta magna provincial.

Más allá de las buenas intenciones y del aparente respaldo del gobernador Axel Kicillof, que dio el visto bueno para estudiar «una reforma política» en la Provincia, la iniciativa se choca con varios escollos. Primero no hay sesión en la cámara baja desde el 12 de abril pasado. Y si como dicen cerca de Abad, la idea es tratarla con la futura integración del cuerpo, el proyecto podría enmarañarse con otros temas que hacen a la discusión bonaerense, como las autonomías municipales, por caso.

En los últimos días la actividad de la cámara baja siguió paralizada y tampoco en el ámbito de las comisiones surgió la inquietud de comenzar a tratar una reforma política que tienda a transparentar una actividad que quedó bajo sospecha por el denominado «Chocolategate».

Al respecto, Stolbizer abundó que «más allá de la falta de ámbitos de debate, hay mucha hipocresía. El sistema unicameral puede ser interesante pero no una respuesta política frente a la corrupción o al manejo de fondos. Una sola cámara no evitaría que haya contratos truchos».

La titular del GEN se manifestó a favor de una discusión «franca» sobre «el financiamiento político» al argumentar que hoy la influencia de los partidos es «relativa» en un sistema donde priman las coaliciones y «las candidaturas individuales» muchas veces impulsadas por los medios.

Sin embargo, pidió diferenciar aquellos recursos que se destinan a solventar la actividad política «de aquellos que sirven para engrosar los bolsillos de los políticos. En la Legislatura hay casos de muchos que entran como medio pelo y se van con costosas propiedades y haciendo grandes viajes».

Con todo, en las últimas semanas no se han presentado nuevos proyectos para regular el financiamiento político en la Provincia. Sí había iniciativas previas de Legislatura unicameral de dos senadores de JxC: Marcelo Daletto, cercano a Emilio Monzó, y de la bahiense Nidia Moierano.

La falta de una discusión «genuina» parece provocar chispazos en el mayor armado opositor. Hay dirigentes bonaerenses, con todo, que plantean que el gobernador Kicillof podría aportar lo suyo en lo referente a la transparencia de la actividad si acortara las partidas específicas en el presupuesto 2024, que aún debe enviar al parlamento provincial.

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