Al menos en territorio argentino, el gobierno chino de Xi Jinping parece haber dejado de lado el tono mesurado de su milenaria diplomacia. Luego de una nueva reunión con la canciller argentina Diana Mondino, el embajador de la potencia asiática en el país, Wang Wei, aseguró que ambos gobiernos coincidieron en desmentir las sospechas de Estados Unidos sobre presuntas actividades ilegales en la base aeroespecial que China tiene en la provincia de Neuquén.
“El 8 de abril, embajador Wang Wei mantuvo una positiva reunión de trabajo con la canciller, Diana Mondino. Ambos llegaron al acuerdo de desmentir la especulación de que la Estación de Espacio Lejano es supuesta base militar”, publicó anoche la sede diplomática china en su cuenta de la red social X. Un rato antes, la propia Cancillería había coincidido en calificar de “positiva” la reunión, pero no mencionó el debate en torno a la base, criticada por el embajador Marc Stanley en una entrevista con LA NACION, y parte de las preocupaciones que trajo consigo la jefa del Comando Sur, la general Laura Richardson, a su paso por Buenos Aires, la semana pasada.
“La Canciller Diana Mondino mantuvo una positiva reunión de trabajo con el Embajador de la República Popular China en Argentina, Wang Wei, para avanzar en la preparación de su visita a dicho país a fines del presente mes con miras a fortalecer la relación bilateral”, sostuvo la diplomacia nacional, junto a las fotografías del encuentro, en la misma red X.
Más allá de la diferencia en las declaraciones, la estrategia de Mondino forma parte de los intentos del Gobierno por apaciguar a China, incómoda por el alineamiento del gobierno de Javier Milei con Washington. La posibilidad de que se frene el normal funcionamiento del swap de monedas (con vigencia en principio hasta 2026), el actual congelamiento de las actividades en las represas Jorge Cepernic y Néstor Kirchner en Santa Cruz, y el freno en proyectos como el Ferrocarril Belgrano o el puerto en Ushuaia son algunas de las preocupaciones que llevaron a Mondino a programar su viaje y generar mayor diálogo con China.
El propio Presidente aseguró, en una reciente entrevista con la cadena Bloomberg, que “se están iniciando las auditorías” y que se va a “estudiar la situación”, atentos al rechazo de Beijing a las sospechas del gobierno y la diplomacia norteamericana. No respondió a la consulta directa, sobre si el Gobierno pensaba o tenía pensado cerrar la base de Neuquén, aunque la “visita” por parte de especialistas de la Comisión Nacional de Actividades Aeroespaciales (Conae), según fuentes oficiales, podría darse en las próximas semanas, sin fecha confirmada aún.
El gobierno chino se preocupó, desde un inicio, en desmentir las versiones de supuestas actividades ilegales en la estación aeroespacial, ubicada en las cercanías de Bajada del Agrio, en Neuquén. “Después de varias visitas, no encontraron indicios de uso militar”, reiteró la sede diplomática china ayer, ya con más detalles sobre la integración extranjera de la delegación allí apostada (cinco científicos, un electricista y un cocinero). Detalló, eso sí, que la antena allí instalada “es muy lenta para guiar o seguir misiles” y “está preparada para seguir satélites o naves espaciales”. Aseveró, además, que “tampoco puede hacer espionaje sobre el territorio norteamericano por la curvatura de la tierra”, una clara forma de tomar distancia de las especulaciones del gobierno norteamericano.
En su entrevista con LA NACION, Stanley dio el puntapié inicial para retomar el debate sobre la base, acordada con el segundo gobierno de Cristina Kirchner y que comenzó a funcionar en 2018, bajo la gestión de Cambiemos. “Me sorprende que la Argentina permita que las Fuerzas Armadas chinas operen en Neuquén, en secreto, haciendo quién sabe qué. Tengo entendido que se trata de soldados del ejército chino que operan este telescopio espacial, no sé lo que hacen, creo que los argentinos tampoco lo saben, y deberían entender por qué los chinos están desplegados allí”, dijo el jefe de la diplomacia norteamericana en el país.