ROSARIO.– El Ministerio de Seguridad de la Nación informó en un comunicado de prensa sobre el decomiso de una importante cantidad de armas, incluso rifles de precisión, durante un operativo realizado por la Policía Federal Argentina en Rosario. Fueron capturados varios sospechosos de pertenecer a bandas narco que propagan la violencia en esta ciudad, pero al confirmarse las identidades de los detenidos llegó una sorpresa. “En los procedimientos realizados en Rosario se detuvo a cuatro personas, una de ellas, Hugo Maldonado, hermano de Lucio Maldonado, quien fuera asesinado por Esteban Lindor Alvarado, por cuyo crimen fue condenado a cadena perpetua y quien el pasado mes ordenó desde la cárcel el asesinato de los taxistas en Rosario”, indicó el Ministerio de Seguridad.
Se informó que fueron realizados “ocho allanamientos simultáneos en los cuales los federales hallaron un verdadero arsenal de armas de fuego: dos pistolas 9 mm, dos Bersa calibre 380, una Whalter calibre 4.5mm (de aire comprimido), dos Glock, en calibres 9 mm y 45; una Bersa calibre 22; un revólver calibre 38; tres escopetas calibre 12/70; una carabina Ruger calibre 9 mm, y dos fusiles Mauser 7.62 y 7.65″.
Ese detenido parece tener un perfil similar al de su hermano asesinado, a quien le gustaba mostrarse rodeado de armas. Finalmente, fue asesinado el 13 de noviembre de 2018.
Maniatado, boca abajo, con un tiro en la cabeza y otros dos en la zona lumbar, el cadáver del prestamista Lucio Maldonado apareció junto a un cartel que decía: “Con la mafia no se jode”. Era una forma de buscar relacionar ese crimen con los ataques de Los Monos, que tenían ese mensaje como sello de identidad criminal. Pero todo era diferente en ese caso.
Maldonado fue ejecutado dos días después de que fuera secuestrado cuando salió de su casa para ir a comer un asado con amigos. Le decían “el Tony Montana argentino”, porque le gustaba mostrarse con armas y fajos de billetes, como el personaje de Scarface. Su muerte fue el inicio de otra fase de la guerra de baja intensidad que se vive en Rosario. Poco después asesinaron a su novia y a su suegro. Y los investigadores rosarinos se toparon con un mar de hallazgos inesperados al dar sus primeros pasos. Cuando allanaron un domicilio vinculado al clan Alvarado, se encontraron con que allí vivía el entonces jefe de la unidad de Investigaciones Antinarcóticos de la Policía de Investigaciones, Javier Makhat, que fue desplazado de su cargo.
Los fiscales fueron por el jefe del clan, Esteban Lindor Alvarado, sospechado de manejar hasta la mitad de la droga que se movía en esta ciudad. Con el tiempo saldría a la luz que lideraba el clan que competía por el control del territorio con Los Monos y que tenía en su nomina de pago a muchos policías provinciales.ß
LA NACION