El fútbol uruguayo tiene leyendas destacadas del deporte. Figuras como Enzo Francescoli y Luis Suárez y Edinson Cavani, llevaron a la Celeste a brillar en los torneos internacionales. Sin embargo, también existen promesas que no logran cumplir las altas expectativas. Entre ellas, destaca la historia de Robert Flores, quien alguna vez fue comparado con el icónico Francescoli.
Con un inicio prometedor y un talento que lo llevó a Europa, Flores fue visto en su momento como uno de los grandes talentos de su generación. A pesar de los altibajos, su carrera lo llevó de vuelta a su país, donde continúa jugando y viviendo una vida alejada de los reflectores que alguna vez lo apuntaron como el «nuevo Príncipe».
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La dedicación y técnica, desembarcaron a Robert Flores en el fútbol argentino para vestir la camiseta de River Plate
La carrera de Robert Flores
La joven promesa nació en Montevideo, Uruguay, en 1986, en el seno de una familia que siempre lo apoyó en sus aspiraciones deportivas. Desde joven mostró un talento especial para el fútbol, y su pasión lo llevó a integrarse en las categorías juveniles del Club Atlético River Plate de Uruguay. Su habilidad con la pelota y su inteligencia en el juego rápidamente llamaron la atención en su país natal, donde se destacó como uno de los mejores jugadores de la liga en la temporada 2007/2008.
Su carrera profesional despegó cuando fue elegido el mejor jugador del campeonato uruguayo, superando a otros talentos. Gracias a sus brillantes actuaciones, en 2008 fue fichado por el Villarreal de España, una oportunidad que él mismo describió como «un sueño cumplido«. Su desempeño en el equipo español atrajo aún más atención de la prensa, que comenzó a compararlo con el legendario Enzo Francescoli, una comparación que Flores trató de evitar. «Me encantaría ser un cuarto de Enzo, pero quiero hacer mi propio camino», confesó en su momento, intentando bajarle el tono a las expectativas.
Ese mismo año, fue convocado a la selección uruguaya por el técnico Óscar Washington Tabárez para jugar en los amistosos contra Turquía y Noruega. Su debut con la Celeste fue en mayo de 2008, un momento especial para él y su familia. Sin embargo, aunque mostraba destellos de talento, no logró consolidarse en la selección charrua, y su tiempo en el equipo nacional fue breve.
Luego de su paso por Villarreal, Flores fue cedido a River Plate de Argentina, donde intentaría cumplir con las expectativas que le había puesto la prensa y los aficionados. Tras su experiencia en el fútbol argentino, volvió a Uruguay y, más tarde, jugó en diferentes equipos en América Latina, incluido Nacional de Uruguay, Palestino en Chile y Sport Recife en Brasil, sin lograr estabilidad en ninguno de ellos.
Robert Flores y su paso por River
En 2008, el jugador llegó al millonario, un club que entonces estaba liderado por el técnico Diego Simeone. La llegada del uruguayo generó gran expectativa, ya que la prensa local lo etiquetaba como el «nuevo Francescoli». Flores debutó en el Monumental en un partido contra Colón, donde anotó su primer gol y generó una gran ilusión entre los hinchas.
Sin embargo, su paso por River no fue lo que muchos esperaban. Después de un buen comienzo, el equipo tuvo una temporada difícil y terminó en los últimos puestos de la tabla. La situación del equipo afectó también a Flores, quien se encontró con un vestuario en crisis y un entorno poco favorable para su desarrollo.
Luego de un año en el club, donde anotó solo dos goles, Flores regresó a Villarreal sin haber logrado destacarse como se esperaba. «Fue fuerte, pero traté de no dejar que los comentarios me afectaran. Solo intenté hacer lo mejor posible», expresó Flores años después al recordar su paso por el millo.
Retiro y vuelta al Fútbol: en qué anda Robert Flores
Después de su experiencia en en el fútbol argentino y tras una década de viajes entre distintos clubes de América y Europa, Flores decidió colgar los botines en 2022, cansado del ambiente competitivo del fútbol profesional. En una entrevista, comentó: «Sentía que los clubes se enfocaban más en los negocios que en los equipos». Así, decidió alejarse de las canchas y abrir una barbería en Montevideo, un negocio que inició junto a su cuñado y un amigo.
A pesar de su retiro, la pasión por el fútbol no lo abandonó. Flores volvió a jugar poco después, esta vez en Cooper, un equipo del ascenso en Uruguay, donde continúa compitiendo, aunque en una categoría menor. En la actualidad, Flores también se prepara para lo que podría ser su próximo capítulo en el deporte: ser entrenador. «Estamos haciendo el curso de técnico juntos, y yo creo que tiene todo para ser un gran DT», reveló su colega y amigo, Zambrana.