La Cámara de Diputados no logró quórum para la sesión especial que había convocado a las 15 y en la que se iba a analizar la iniciativa opositora que busca rechazar el DNU 846, que le permite al ministro de Economía, Luis Caputo, renegociar la deuda en moneda extranjera sin pasar por el Congreso.
La sesión había sido pedida por los bloques de Unión por la Patria, Encuentro Federal y Democracia para Siempre como parte de la mega agenda que pautó Diputados para esta semana. A las 13:00, la UCR y el PRO habían intentado reunir quórum para tratar el proyecto de reforma sindical para prohibir las reelecciones indefinidas, y tampoco lo lograron.
La oposición ya buscó rechazar ese decreto hace dos semanas, pero suspendió la sesión porque los alfiles políticos de Milei lograron dejarlos sin quórum mediante una negociación subterránea con algunos gobernadores, que retiraron a sus diputados a cambio de la promesa de reactivar la discusión sobre el Presupuesto 2025. Las bajas más notables se dieron en Unión por la Patria.
Sin embargo, los bloques opositores volvieron a la carga contra el DNU 846 con el aval de un grupo de gobernadores de Juntos por el Cambio porque la Casa Rosada se endureció en la negociación del Presupuesto y no convocó, como había prometido, a sesiones extraordinarias. En ese marco, fuentes de los bloques que convocaron a la sesión reconocieron a iProfesional que la jugada es «solo para presionar».
No hubo quórum entre la UCR y el PRO y se cayó la sesión para tratar el proyecto de reforma sindical
La Cámara de Diputados no pudo sesionar, por falta de quórum, para debatir el proyecto impulsado por bloques dialoguistas y la Libertad Avanza sobre democratización sindical.
El presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, levantó la sesión al constatar que había 112 de los 129 diputados necesarios para habilitar el debate del proyecto de reforma sindical.
La sesión fue impulsada por el presidente de la comisión de Legislación del Trabajo, Martín Tetaz, quien defendió el proyecto de democratización sindical que pone límites a las reelecciones en los gremios, quita la obligatoriedad de la cuota solidaria y establece el cupo femenino en las organizaciones sindicales.
La iniciativa fue debatida la semana pasada en una reunión de la comisión de Legislación del Trabajo, pero no obtuvo dictamen, ya que fue firmado por 15 de los 31 presentes, con lo cual no alcanzó el apoyo de más de la mitad de sus miembros, como lo establece el reglamento.
La UCR presiona para prohibir reelecciones en los gremios
Se trata de una iniciativa del radical bonaerense, Fabio Quetglas, que cuenta con el respaldo del PRO y de La Libertad Avanza y que pondría a los legisladores de Hacemos Coalición Federal, de Miguel Pichetto, en una incómoda situación, porque de todos modos no evitaría que la balanza se incline en el recinto a favor del texto impulsado por los radicales.
Es que, en el marco de la discusión de la Ley de Bases, el bloque de Pichetto fue clave para impedir que el oficialismo avanzara con el capítulo laboral, uno de los que más polémicas generó en el debate de la ley impulsada por el gobierno de Milei.
El rionegrino fue una pieza clave en la eliminación de ese capítulo e incluso se lo llegó a señalar como el articulador de las negociaciones entre el Gobierno y la Confederación General del Trabajo (CGT), en una señal a favor de algunos dirigentes sindicales, que festejaron la versión light de la ley laboral contemplada en la ley Bases.
En ese marco, los puntos que se dejaron afuera de la ley fueron celebrados en la intimidad por la central obrera, ya que lograron que se eliminaran de la norma aquellos aspectos que afectaban el poder sindical en sí mismo, en particular el poder económico.
Un ejemplo de ello es haber dejado afuera la no obligatoriedad o la conversión en voluntarios de los aportes sindicales que los no afiliados hacen a los gremios cuando se firman paritarias, cuestión que la iniciativa de los radicales busca reflotar.
¿Qué bloques respaldarían la reforma?
Al margen de Unión por la Patria, que cuenta con 99 diputados, varios de ellos en su doble rol de legisladores y dirigentes perteneciente a poderosos gremios, que ya avisó que no respaldará una reforma de este tipo, los radicales tendrían garantizados los votos para aprobar la norma, en caso de que llegue a debatirse en el recinto de la cámara baja en los próximos meses.
A los 34 integrantes de la UCR, se sumarían los 37 del PRO, los 3 de la Coalición Cívica, y los 38 de La Libertad Avanza, a los que se podrían plegar un puñado de legisladores de bloques minoritarios, con los que podría arañar las voluntades necesarias para aprobarlo en el recinto con mayoría simple, sin contar tampoco con el respaldo del bloque de Pichetto que reúne unos 16 legisladores, quiénes por el momento no se expidieron en torno al proyecto.
Con todo, la iniciativa de los radicales y el apoyo del oficialismo es una carta que esgrimen los legisladores de los denominados bloques dialoguistas para lograr una ambiciosa reforma sindical, que ni Milei pudo lograr hasta el momento.
El debate continuará en las próximas semanas con nuevas reuniones informativas, con la presencia de invitados, antes de la firma de un dictamen de consenso.