Miguel Kiguel, economista, trabajó en la Secretaría de Finanzas en la época de la Convertibilidad. Unos años atrás escribió un libro que se tituló Las crisis económicas argentinas: una historia de ajustes y desajustes (2015). Hace poco dijo que el Programa Peluca (así lo bautizó) “será un programa que se estudiará”. Pero advirtió que “a los planes hay que evaluarlos no en el medio de su instrumentación sino luego de un tiempo. Para evaluar éxito hace falta 24 meses, porque en el medio se generan desequilibrios y se incuban gérmenes y distorsiones que con el tiempo se convierten en debilidades. Hoy es difícil saber cuál será la debilidad del actual programa”.
Clarín conversó con Kiguel sobre el momento actual en el que caen el dólar paralelo y de la brecha cambiaria.
-¿Qué está pasando con el dólar?
-Es muy dificil explicar el movimientos del dólar tanto cuando baja como cuando sube. A veces se va de mambo cuando va para arriba, cuando pega esos overshooting, pero también cuando va para abajo. Parece extraño pero así como vemos esas sobrereacciones cuando el tipo de cambio aumento también pueden ocurrir al ir en sentido contrario. En cuanto a lo que vemos hoy creo que las expectativas juegan un rol importante, que al Gobierno le está saliendo todo bien y que generó mucha credibilidad: la gente hoy está viendo que lo que Luis Caputo dijo en febrero. Para colmo el Banco Central viene comprando dólares. Entonces el dólar bajo, las medidas tomadas en julio, el blanqueo, una estabilidad financiera y todos convencidos de que las cosas están encaminadas, todo eso junto genera un clima de tranquilidad y mucha confianza que ayuda al dólar.
-¿Qué se puede esperar para 2025?
-Los argentinos tenemos en algún lugar del disco duro que el dólar siempre se puede cambiar. ¿Y por qué? Porque todavía no está claro que el BCRA vaya a poder acumular muchas reservas en 2025. Será un año demandante en cuánto a divisas porque por un lado habrá exportaciones que dejarán más dólares, por ejemplo los del sector energético, pero también tendremos muchas más importaciones por el crecimiento de la economía y su apertura. No creo que sobren dólares el año que viene sino más bien todo lo contrario, vamos a estar justos con la oferta de divisas. Además, también uno puede esperar que la situación actual se modifique si es que terminan removiendo el cepo y ahí habrá que prestar atención. El Gobierno tendrá que tomar decisiones como con el dólar blend porque necesita divisas para aumentar el nivel de las reservas y sin esa movida que digo del dólar blend veo muy difícil que consiga el objetivo. Porque tengamos 3 o 4 meses de tranquilidad con el dólar no significa que ya resolvimos los problemas de la economía.
-¿Aumentará la demanda de dólares a medida que se acerquen las elecciones?
-Pasa siempre. De hecho lo que vivimos hoy con el dólar es atípico y el riesgo de nerviosismo antes de las elecciones es lo que usualmente sucede.
-Con este nivel de brecha ¿qué hace falta para salir del cepo?
-Quizá negociar con las empresas que quieren girar dólares a sus casas matrices como se hizo con los importadores con los Bopreal. Así como a los importadores se les dio un bono debería pensarse algo parecido con las compañías o que accedan a un cupo por mes. Cuando se unifique el dólar nadie sabe si el tipo de cambio quedará en el nivel donde están hoy los paralelos. Eso es así porque sencillamente se desconoce qué pasará con los dólares encepados como los de estas empresas que podrían girar al exterior. Esta es la gran duda del Gobierno y la razón por la que no desarma las restricciones. Por eso muchas veces se dice que a la hora de salir del cepo hay que separar el tratamiento que se le den a los flujos del de los stocks.
-O sea que no se puede salir del cepo de una aún con este nivel de brecha
-No. Hay que hacerlo en cuotas.
-Ya casi sin brecha, ¿por qué no seguir así? ¿qué ganaría la Argentina sin cepo?
-Sacarse un estigma. Hoy el cepo es un tema de mala reputación para la Argentina. Removerlo ayudaría además en lo comunicacional a un gobierno liberal que pone trabas al sistema cambiario. Y hacia futuro ayudaría porque no haría falta que alguien se adhiera al RIGI para disponer de su dinero.
-¿Pero que hay con la unificación y la inflación?
-Si unifican hay un riesgo de algún salto cambiario como sucedió con Mauricio Macri que impactó en los precios. Pero el Gobierno podrá decir para que prefiere correr riesgos y al mismo tiempo tomar medidas para flexibilizar el cepo.
-¿Y con el FMI?
-Flexibilizar el cepo ayudaría a la negociación. Creo que el FMI apoyará al Gobierno si muestra un programa creíble, acompañado de metas intermedias para su monitoreo. El organismo querrá que a futuro la Argentina se parezca más a Brasil, Chile o Colombia en el sentido que haya restricciones cambiarias pero no para la salida de dólares sino para la entrada con fines precautorios especulativos.