El fútbol está en el centro de una controversia tras los disturbios ocurridos durante la final de la Copa Colombia 2024 entre América de Cali y Atlético Nacional, el domingo 15 de diciembre.
El lunes 16 de diciembre, el personero de Cali, Gerardo Mendoza Castrillón, realizó un recorrido por la tribuna sur del estadio para evaluar los daños causados por los desmanes. Durante la inspección, se encontraron sillas rotas, restos de pólvora y otros objetos que evidencian el uso de sustancias psicoactivas.
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Este último hallazgo es lo que más ha llamado la atención de las autoridades, porque el día del partido, al ingreso al estadio, se realizaron requisas y decomisos de armas, objetos y sustancias alucinógenas.
Según el medio Tu Barco, quienes estuvieron presentes en la evaluación material de los daños, señalaron que las autoridades sospechan que algunas mujeres de las barras introdujeron dichas sustancias en el estadio de manera clandestina.
Bolsas, condones y diferentes tipos de materiales fueron encontrados por las autoridades, sobre todo dentro de los baños para mujeres. Con esto presente, la hipótesis indica que el ingreso de sustancias alucinógenas y otro tipo de objetos, se realizó intravaginalmente, es decir: las mujeres ingresaban estos objetos, recubiertos por materiales plásticos, por su vagina para no ser detectados en las requisas.
El personero de Cali expresó la necesidad de implementar sanciones drásticas para controlar el comportamiento de los hinchas. Propuso la suspensión de uno o dos torneos como medida para que los responsables de los desmanes sientan el rigor de una sanción severa. Esta propuesta surge en respuesta a los graves incidentes que no solo afectaron al equipo local, sino también al fútbol colombiano en general.
El recorrido por el estadio Pascual Guerrero reveló un escenario de vandalismo, especialmente en el baño de mujeres de la tribuna sur, donde se recogió la mayor cantidad de evidencia. Estos hallazgos subrayan la magnitud del problema.
Según el medio local, delincuentes disfrazados de hinchas provocaron caos en el estadio Pascual Guerrero, impidiendo que el partido concluyera de manera normal.
Atlético Nacional se coronó campeón del torneo gracias a su ventaja de local, tras un empate sin goles en el partido de vuelta. El evento también marcó la despedida del ídolo escarlata Adrián Ramos, quien se retiró entre lágrimas debido a los incidentes.
La situación ha generado preocupación entre las autoridades locales y los aficionados al fútbol, quienes ven en estos actos de violencia una amenaza para la seguridad y el disfrute del deporte. La comunidad espera que las medidas propuestas por el personero de Cali sean efectivas para restaurar el orden y garantizar que los eventos deportivos se desarrollen en un ambiente seguro y pacífico.
El alcalde de Cali, Alejandro Éder, confirmó a W Radio que los disturbios también causaron daños significativos en la infraestructura del estadio, afectando la silletería y las instalaciones sanitarias. Las imágenes difundidas en redes sociales muestran cómo desde la tribuna sur se lanzaron elementos pirotécnicos hacia los agentes de la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden (Undmo), lo que agravó la situación.
La Personería de Cali hizo un llamado a las hinchadas para que modifiquen su comportamiento durante los partidos, destacando que los constantes desmanes perjudican la imagen de Cali como una “ciudad capital deportiva”. Además, solicitaron la implementación de leyes más estrictas para sancionar a quienes utilizan el fútbol como pretexto para generar conflictos en espacios públicos.
La violencia en los estadios no es un fenómeno nuevo en Colombia, pero los recientes eventos en el Pascual Guerrero han reavivado el debate sobre la seguridad en los eventos deportivos. Las autoridades locales y nacionales enfrentan el desafío de encontrar soluciones efectivas para prevenir futuros incidentes y garantizar la seguridad de los asistentes.