En otro capítulo de la división que afecta a la UCR frente al gobierno de Javier Milei, el Tribunal de Ética del partido que encabeza Martín Lousteau decidió finalmente expulsar a los tres diputados nacionales que apoyaron los polémicos vetos del Presidente a la ley que aumentaba las jubilaciones y a la de financiamiento universitario.
Se trata de Mariano Campero, Martín Arjol y Luis Picat, quienes en septiembre pasado le aportaron al oficialismo tres de los cinco votos clave para defender en la Cámara de Diputados el veto a la ley de jubilaciones y que además, frente a las críticas que recibieron dentro del radicalismo, reivindicaron su alineamiento con la Casa Rosada con una foto junto a Milei.
Los tres formaron parte de aquel pelotón de diputados de distintos espacios que el jefe de Estado bautizó en aquel entonces como «87 héroes», porque le garantizaban el bloque a la mayoría de dos tercios que se necesita para dejar sin efecto un veto presidencial. El Tribunal de Ética de la UCR señaló que los tres incurrieron en «actitudes deliberadamente provocadoras» que impactaron en la imagen pública del partido.
La dura resolución de la UCR contra los diputados que apoyaron a Javier Milei
Después de aquella votación de septiembre, con la ley de jubilaciones ya vetada por Milei, el sector de la UCR alineado con la postura de Lousteau, crítico del Gobierno, impulsó la «suspensión preventiva» de las afiliaciones de Campero, Arjol, Picat y Luis Cervi, y pidió al Tribunal de Ética del partido que resolviera su situación.
Finalmente, este jueves ese órgano partidario integrado por Alicia Tate, Ricardo Barrios Arrechea y Juan Pedro Tunessi dispuso «la separación de las filas partidarias» de Campero, Arjol y Picat por «incurrir en grave conducta partidaria que afecta la dignidad de la UCR». A Cervi lo perdonaron porque «se abstuvo de votar a favor del veto» en la segunda ocasión, con la Ley de Financiamiento Universitario, precisaron fuentes partidarias a iProfesional.
Y es que la expulsión maduró precisamente cuando los tres diputados que habían votado a favor de la ley sobre jubilaciones y luego cambiaron su postura para defender el veto de Milei repitieron esa conducta en el debate posterior sobre el financiamiento de las universidades y se mostraron más alineados que nunca con el Gobierno.
«Posteriormente a su primer voto que acompaña la decisión del bloque, realizaron una visita al Presidente, como una ofrenda al beneficiario del cambio de sus votos en la segunda instancia. Todo graficado fotográficamente para que no pase desapercibido el cambio y para quién. Más que un cambio de voto, apareció como un ‘cambio de bando’», señala uno de los tramos más duros del acta.
¿La expulsión afectará al partido en el Congreso?: el fuerte cruce con De Loredo
El interrogante que se abre ahora es si, tras haber sido «separados de las filas» del partido, Campero, Arjol y Picat seguirán formando parte del bloque de la UCR que encabeza Rodrigo de Loredo y que ya tuvo una fuga de 12 legisladores, precisamente por el malestar con ese grupo al que bautizaron despectivamente «radicales con peluca».
«Por ahora no se van a ir y no los van a echar», indicaron a iProfesional fuentes de la bancada radical. De esta forma, se aseguran mantenerse como hasta ahora, con 20 bancas que le aseguran un relativo poder de presión y de negociación frente al gobierno de Milei y lugares en comisiones estratégicas de la Cámara baja.
Desde que los 12 diputados referenciados en Lousteau y en Facundo Manes se abrieron de la bancada oficial de la UCR, los conducidos por De Loredo siguieron con divisiones internas frente a las distintas iniciativas o idas que impulsa el oficialismo, pero se mantuvieron bastante abroquelados tanto para rechazar como para acompañar distintos puntos de la agenda del Gobierno.
Expulsar a los tres sancionados, creen en la UCR, agravaría el clima de tensión interna pero, sobre todo, podría entregarlos en bandeja a La Libertad Avanza. Dentro del bloque reconocen que «ellos juegan con Patricia Bullrich», según una de las fuentes consultadas.
En ese sentido, hay quienes no descartan que la ministra de Milei quiera, en algún momento, que armen un nuevo minibloque para terminar de asegurar el apoyo que hoy le proporcionan al Gobierno.
No obstante, De Loredo dejó en claro poco después que evitará una nueva ruptura o fugas de su bloque, al calificar como «ilegítima, arbitraria y parcial» la decisión delTribunal de Ética de la UCR. «Parece más abocado a una interna que al rol que debe cumplir. Con un bloque escindido en Diputados, y con senadores y diputados que en reiteradas ocasiones tomaron posturas distintas a sus bloques, selectivamente se busca castigar solo a unos», disparó.
¿Cómo jugaron los diputados echados de la UCR y por qué se agrava la interna?
Durante la sesión de Diputados en la que la oposición intentó rechazar el veto de Milei a la ley que fijaba una recomposición de 8,1% para las jubilaciones e incrementos anuales los bloques de la UCR, Encuentro Federal, Coalición Cívica y Unión por la Patria necesitaban una mayoría de dos tercios.
Creyeron que iban a conseguirla, porque la habían tenido para aprobar la ley en primer lugar. Sin embargo, cuando se discutió el veto hubo 248 diputados presentes y se necesitaban 166 votos para anularlo, mientras que el oficialismo necesitaba 83 para defenderlo. Finalmente, le sobraron cuatro: tuvo 87.
«Sin los cinco radicales que se dieron vuelta, el veto quedaba herido de muerte», remarcaban después de la sesión. Y es que, a los tres ahora expulsados del partido, se les sumaron en aquella oportunidad Cervi y José Federico Tornier, que integra el bloque pero no está afiliado al partido.
Fue una jugada efectiva por parte de Milei, que por entonces había decidido meterse personalmente en la «rosca política». Dividió a la UCR y sentó la base política sobre la cual, poco después, logró sostener también el veto a la Ley de Financiamiento Universitario, en esa ocasión con fracturas en todos los bloques opositores, incluido el peronismo.
La interna de la UCR se agravó a partir de entonces. De hecho, los diputados que responden a los gobernadores radicales, que prefieren negociar con Milei antes que ir al choque, cuestionaron la suspensión temporal que impulsó el ala más dura del partido, encabezada por Lousteau. Ahora se repite esa pelea: a las críticas de De Loredo se sumó el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, quien tras la expulsión sostuvo que la conducción partidaria «piensa en un partido chico, alejado de la histórica tolerancia democrática» del radicalismo.
Así, la pulseada en el seno de la UCR por el posicionamiento frente al gobierno de Javier Milei promete no solo seguir sino escalar después de la expulsión de los tres diputados que apoyaron los vetos presidenciales, porque abrió una puerta a que frente a otras decisiones donde haya un cambio de postura se impulsen medidas disciplinarias.