Navidad tuvo que pasarla en una celda. Pero Julio “Chocolate” Rigau, el puntero del PJ detenido luego de sacar dinero con 48 tarjetas de débito de empleados de la Legislatura bonaerense, podría recibir en Año Nuevo en su casa: fue beneficiado con la prisión domiciliaria monitoreada con pulsera electrónica.
Según confirmaron a Clarín fuentes judiciales y de la defensa, el juez de Garantías de La Plata, Guillermo Atencio, recibió la notificación de que quedó firme la “morigeración” de la prisión preventiva y ya pidió el informe domiciliario para iniciar el trámite que le permitirá a «Chocolate» seguir el proceso en su casa, aunque controlado a distancia con dispositivo de seguridad en una de sus extremidades.
El dirigente peronista platense está preso desde septiembre del año pasado, cuando un agente lo encontró en un cajero del Bapro a 50 metros del parlamento provincial, mientras extraía dinero de los plásticos que pertenecían a presuntos empleados de la Cámara de Diputados de la Provincia. Tenía una bolsa de nylon con más de $ 2,3 millones.
Está procesado por defraudación y por integrar una presunta asociación ilícita. En abril de este año, los abogados de Rigau habían pedido el beneficio de la morigeración con argumento en su estado de salud y otros criterios procesales. Según plantearon, el puntero “padece una depresión emocional que le genera un aumento de la presión arterial”, agudizada a partir del fallecimiento de su esposa, que ocurrió mientras estaba detenido.
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El operativo de la Policía Federal a pedido de una jueza es otro avance una causa de ñoquis similar a la del puntero Rigau en La Plata.
Los defensores sostuvieron que no hay riesgo de fuga y el detenido “se entregó voluntariamente a la justicia”. Es decir, que no existe riesgo de que entorpezca el accionar de los investigadores mientras avanza el proceso.
El juez Atencio había rechazado esa solicitud. Entonces los abogados apelaron la medida y en octubre el Tribunal de Casación revocó esa decisión y concedió el beneficio a “Chocolate”.
Pero para que esa determinación del organismo de alzada quedara firme había dos caminos: un fallo de la Suprema Corte, previo a una apelación de la Fiscalía General, o que la resolución de Casación quedara firme porque no se apeló.
Ocurrió esto último. “En virtud de la inactividad recursiva de la Fiscalía, ha adquirido firmeza el fallo por el cual el Tribunal de Casación dispusiera la continuidad de la prisión de Julio Rigau en carácter de morigerada”, escribió este jueves el juez Atencio en un escrito al que accedió Clarín.
Por lo tanto, sobre el cierre de la jornada laboral el magistrado notificó a la Dirección de Monitoreo Electrónico del Servicio Penitenciario (SPB), que inicie los procedimientos técnicos para la habilitación de este sistema al procesado Rigau.
Consiste, entre otras cuestiones, en comprobar que hay conectividad en la vivienda que declaró “Chocolate” como domicilio legal, en Melchor Romero.
Pero se vislumbra un inconveniente: el SPB no tiene más pulseras electrónicas para procesados o condenados beneficiados en su régimen de ejecución. Dos estudios de abogados penalistas confirmaron a Clarín ese dato. “Hay una lista como de 300 presos que esperan la pulsera”, dijo uno de ellos.
En el estudio de Alfredo Gascón Cotti, que defiende a Rigau conocen este inconveniente. Y esperan que el sistema carcelario tenga una alternativa. “No se puede desestimar una decisión judicial por falta de presupuesto”, es el argumento.
Con otros casos se resuelve de esta manera: la Justicia ordena la morigeración y el preso se va a su casa sin pulsera pero se realiza un “control mediante asistencias sorpresivas y sin aviso del personal policial”.