Una de las participantes de esta nueva edición de Gran Hermano que más sufre el aislamiento es Sandra Priore. La pescadora de 50 años ya había manifestado su deseo de abandonar el juego hace una semana, cuando la casa se quedó sin cigarrillos y el sobre elegido en el kiosco ofrecía apenas un mazo de cartas. Furiosa por la elección de sus compañeros, la oriunda de La Plata se dirigió al confesionario para pedir salir del juego.
Antes esto, el «Big» decidió proponer un challenge navideño a todos los participantes, sólo para que Sandra pudiera tener sus cigarrillos, lo que despertó algunas quejas de otros jugadores. No obstante, el baile al ritmo de Jingle Bell Rock se llevó a cabo el pasado 24 de diciembre y los ánimos se calmaron.
Ahora, nuevamente la cocinera de la casa expresó su deseo de abandonar la competencia y algunos fanáticos del ciclo presumen que puede deberse a haber sido fulminada por Giuliano Vaschetto, el líder de la semana. Lo cierto es que, aunque no lo hizo en el confesionario, Sandra volvió a manifestar su deseo de irse: «A mí me está jugando ya el humor, la paso mal porque me recontra angustia, encima que se me juntan 200 millones de cosas», se confesó.
En diálogo con Petrona Jerez y Sebastián «Bambi» Bello, la pescadora siguió: «Pero bueno, las reglas son así y yo lo sabía. No pensé que me iba a costar tanto, la verdad, por ahí porque son un montón de cosas. Nada que criticar, el problema soy yo. Y no me importa, aunque zafe de placa, no me importa…».
«Lo que me duele es que Gran Hermano por ahí a la noche te dice algo para calmarte la angustia, pero no te da solución», contó.
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Resta ver qué sucederá en las próximas horas con una de las participantes más grandes de la casa. En muchos casos, la llegada de las fiestas hacen que las emociones estén más a flor de piel. Habrá que ver cómo evoluciona este sentir de Sandra. ¿Se queda o se va?
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