Miguel Cabrera, una leyenda del béisbol mundial, dejó una huella en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP). Aunque su éxito en las Grandes Ligas es incuestionable, sus hazañas en el béisbol invernal venezolano son igualmente asombrosas, especialmente su récord vigente de más carreras impulsadas en un Round Robin.
Durante la temporada 2004-2005, el venezolano remolcó un total de 32 carreras en apenas 16 encuentros con los Tigres de Aragua, y estableció una marca histórica que aún perdura y que parece casi imposible de superar.
En aquel Round Robin, Cabrera lideró a los Tigres con su bate encendido, con el que acumuló además otros logros importantes como 26 hits, ocho dobles y nueve jonrones. Así, se consolidó como el jugador más dominante de la postemporada. Su desempeño fue clave para que el equipo se consagrara campeón.
El récord de carreras impulsadas no es un número más, es una muestra del impacto que Cabrera tuvo en la LVBP y un reflejo del talento que más tarde lo convertiría en uno de los mejores jugadores de la historia en las Grandes Ligas, con otras tantas marcas insuperables.
Miguel Cabrera, nacido el 18 de abril de 1983 en Maracay, Venezuela, es reconocido como uno de los mejores bateadores de todos los tiempos. Creció en un entorno familiar relacionado con el béisbol. Desde muy joven mostró un talento sobresaliente para el deporte.
Su padre, quien también había jugado al béisbol, fue una influencia importante en su vida, enseñándole desde pequeño los fundamentos del juego. Cabrera comenzó a destacar en las ligas infantiles, donde rápidamente se hizo notar por su potente bateo y su capacidad para conectar con la pelota.
A los 16 años, fue descubierto por los cazatalentos de los Marlins de Florida, quienes no dudaron en ofrecerle un contrato de liga menor. Su carrera profesional comenzó en 1999 con ese equipo. Desde su debut en las Grandes Ligas en 2003, Cabrera no dejó de sorprender al mundo del béisbol. Entre los hitos más destacados de su trayectoria se encuentran:
Cabrera también logró un total de 62 hits en 47 juegos disputados en la liga invernal. Su capacidad para mantener un rendimiento constante lo posicionó como una pieza fundamental para los Tigres de Aragua, quien además, en la temporada 2004-2005, encabezó el ranking de slugging de la postemporada.
Aunque sus años en la LVBP fueron breves, marcaron el inicio de su desarrollo como jugador. Con los Tigres de Aragua, no solo acumuló campeonatos, sino que dejó registros que aún se mantienen intactos, como su récord de carreras impulsadas en el Round Robin. Este éxito temprano en Venezuela fue considerable para catapultarlo a la élite del béisbol mundial.