Un caluroso 5 de febrero y en el mismo día en que cumplió 33 años, Neymar volvió a jugar en el Santos, el club donde inició su destacada trayectoria. Con el número 10 en la espalda, camiseta inmortalizada por Pelé, el delantero fue parte de los 11 que empataron con Botafogo.
El estadio Vila Belmiro, ubicado en un barrio residencial de la ciudad portuaria, recibió con entusiasmo a su hijo pródigo apenas puso un pie en el césped para la entrada en calor. En las tribunas corearon su nombre y cantaron para celebrar su natalicio con él a casi 12 de años desde su partida hacia Europa.
El exjugador del árabe Al-Hilal Saudi Football Club, que empezó en el banco de suplentes en el partido contra el grupo de Ribeirão Preto que se jugó como parte de la séptima jornada del Campeonato Paulista, respondió el eufórico recibimiento con un saludo al cielo levantando las manos.
El 1-1 con el que terminó el encuentro fue casi anecdótico ya que la atención de los más de 15 mil espectadores estuvo centrada en el regreso de Neymar da Silva Santos Júnior, que el viernes concretó uno de los pases más importantes de los últimos tiempos en el fútbol de América.
El delantero Tiquinho Soares abrió la cuenta con un gol de penal para los anfitriones a los 38 minutos del primer tiempo. Pero el atacante Alexandre de Jesus, 22 después del arranque de la segunda etapa, empató de cabeza y provocó a los locales al festejar con el gesto conmemorativo de la estrella de la noche.
“Amo el Santos y no tengo palabras para describir lo que sentí hoy”, dijo el astro en declaraciones al canal TNT.
‘Ney’, que en su primera etapa utilizó los números 7 y 11, ingresó en el arranque del segundo tiempo (45) en reemplazo del juvenil Gabriel Bontempo.
El volante Diego Pituca, otro referente local, le cedió la cinta de capitán y la hinchada se rindió ante el ídolo, quien no usaba la casaca del ‘Peixe’ desde el 26 de mayo de 2013.
Días después, el consentido de la fanaticada santista, que divide opiniones en Brasil, cruzó el Atlántico para unirse al FC Barcelona. En 2017 se marchó al PSG y, en 2023, siguiendo otro contrato millonario, partió al equipo saudí.
En la vuelta a casa, donde lo acompañaron familiares y amigos, el excompañero de Lionel Messi en el Barcelona dio varias muestras de su talento pese a sufrir el juego fuerte de sus adversarios.
“Necesito minutos, juegos, no estoy al cien por ciento. En cuatro o cinco partidos estaré mejor”, agregó.
Ni la superioridad numérica permitió que el Santos, dirigido por el portugués Pedro Caixinha, ausente del banco por sanción, retomara la ventaja y volvió a sembrar dudas en su flojo arranque de año.
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