Las y los trabajadores de Vicentin SAIC mantienen en estos momentos una paralización total de las actividades en las plantas ubicadas en las localidades de Ricardone y San Lorenzo tras haber percibido solamente el 30% del valor total de sus salarios. Dicha situación perjudica de manera directa e indirecta a cerca de 3.000 obreros del sector. Además, se están llevando adelante protestas en las puertas de ingreso en la planta de Explora, ubicada en puerto San Martín, por el despido de trabajadores de forma injustificada.
La patronal incumple pagos de salario y el gobierno disciplina la solidaridad obrera con conciliación obligatoria. Todo el apoyo a los aceiteros, solidaridad con los laburantes de Vicentin. pic.twitter.com/OnL9VDRyMY
— Jimena Sosa (@jime_sosaa) March 12, 2025
Tras confirmarse el incumplimiento salarial la Federación Aceitera y el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros del Departamento San Lorenzo (SOEA) habían confirmado el inicio de un paro nacional desde este miércoles 12 de marzo. Sin embargo, el gobierno nacional dictó la conciliación obligatoria en el conflicto de los trabajadores aceiteros y el gremio nacional suspendió las medidas de protesta, pero con la excepción de Vicentin.
La crisis Vicentin no es nueva, desde hace cinco años la patronal viene realizando este tipo de extorsiones que afectan severamente la vida de las familias obreras. A la falta de pagos salariales debemos sumarle que en las últimas horas el juez provincial Fabián Lorenzini dispuso el regreso de la intervención judicial de la empresa por 120 días. De esta forma, Sergio y Nicolás Nardelli, dueños de Vicentin, y sus socios dejarían de tener el control y volverían los veedores designados por el poder judicial que tampoco han resuelto el problema de fondo.
Es evidente que los Nardelli están buscando el desguace total de una de la agroexportadora más grande del país y de esa forma evitar pagar los montos de deuda que mantienen con acreedores privados y el Estado argentino por un monto cercanos a los 1.500 millones de dólares.
Por lo tanto, la estatización y el control total de la empresa por parte de las y los trabajadores es el único camino que garantizaría que no queden familias en las calles. De esta forma, además de proteger los puestos de trabajo se podría intervenir en los precios de los productos esenciales como aceites y harinas en el mercado interno. A su vez, con el acompañamiento de académicos y organizaciones socioambientales se montar una transformación progresiva de la matriz productiva para sea más armoniosa con la naturaleza y la vida humana.
Por eso es importante rodear la máxima solidaridad a las y los trabajadores de Vicentin en esta ardua pelea que vienen dando hace cinco años. La creación de una coordinadora de lucha en la zona podría transformarse en el puntapié inicial para unir todas las luchas en curso en la región: jubilados, docentes, despedidos y suspendidos en el sector automotriz y de la industria pesada, salud y demás que vayan surgiendo.
Es tiempo de poner en pie un gran movimiento obrero que luche por lo necesario y lo obvio, pero que además comience a tomar dimensión que la única salida que tenemos para revertir el actual escenario político nacional y provincial de ajuste económico, de reformas laborales y beneficios para las patronales vendrá de la mano de quienes nunca gobernaron: la izquierda y los trabajadores.