Durante más de una década, la economía argentina estuvo marcada por una sucesión de crisis cambiarias, devaluaciones abruptas y una inflación persistente que erosionó el poder adquisitivo de la población. En este contexto, las restricciones para acceder al dólar (conocidas popularmente como “cepo cambiario”) se convirtieron en una constante de la política económica, especialmente durante el kirchnerismo y el final del gobierno de Macri, y transformaron radicalmente la forma en que los argentinos ahorran y protegen su patrimonio.
En ese escenario de incertidumbre permanente, las criptomonedas emergieron como una alternativa viable y atractiva para millones de personas. No solo porque son una forma de ahorrar y proteger el dinero a largo plazo, sino que muchos recurrieron a estas tecnologías para poder hacer transacciones cotidianas o internacionales.
El levantamiento del cepo en abril de 2025 por el gobierno de Javier Milei marcó un nuevo capítulo en la historia financiera del país, lo que plantea dudas sobre le futuro de muchas de estas empresas que surgieron en el país. Sin embargo, la huella que dejó la economía digital y el ecosistema cripto es profunda: incluso con la posibilidad de comprar dólares libremente, las criptomonedas ya forman parte del día a día de muchos argentinos. Analizamos aquí cómo las devaluaciones y los controles cambiarios impulsaron la adopción masiva de criptoactivos y qué puede deparar el futuro en este terreno.
Argentina, un gran epicentro del mundo cripto
Argentina se consolidó en los últimos años como uno de los epicentros globales del universo cripto. El país no solo se ubicó entre los primeros en volumen de operaciones con criptomonedas en América Latina, sino que también vio nacer a startups y plataformas pioneras que supieron captar la demanda de una población ávida de alternativas para resguardar sus ahorros. Muchas de estas operaciones permitieron que los argentinos accedieran a pagos en las mejores casas de apuestas del mundo, algo que era imposible con las tarjetas de crédito o débito locales.
La combinación de una economía inestable, una población altamente bancarizada y un nivel educativo elevado en tecnología generó el caldo de cultivo ideal para que el ecosistema cripto floreciera. Según datos de Arcane Research, el volumen semanal de Bitcoin comprado con pesos argentinos se incrementó más de un 1.000% desde 2018, lo que evidencia el crecimiento exponencial del sector. Además, la llegada de inmigrantes venezolanos que necesitaban enviar remesas a su país, generó un verdadero boom en el sector.
Por qué los argentinos ahorraron en cripto durante muchos años
El ahorro en criptomonedas, especialmente en Bitcoin y stablecoins como USDC y DAI, fue durante años una respuesta directa a las restricciones del cepo cambiario y a la constante devaluación del peso. Desde la instauración del cepo, cada vez fue más difícil acceder al dólar oficial, y el mercado paralelo (conocido como “dólar blue”) se volvió la referencia para los ahorristas. Las criptomonedas ofrecieron una vía legal y digital para sortear estos límites, permitiendo a los usuarios protegerse de la inflación y transferir valor al exterior sin depender de las reglas cambiantes del Estado.
La cultura argentina de ahorro en moneda dura, sumada al recuerdo del “corralito” de 2001 y la desconfianza en el sistema bancario, llevó a que Bitcoin y las stablecoins se convirtieran en herramientas cotidianas. Así, mientras el precio del Bitcoin en pesos argentinos alcanzaba cifras récord (muchas veces por encima de su valor internacional debido a la brecha cambiaria), los exchanges y las billeteras virtuales se multiplicaron y diversificaron su oferta.
Qué puede pasar con las criptomonedas tras la salida del cepo
El levantamiento del cepo en abril de 2025 trajo consigo una serie de cambios estructurales en el mercado financiero argentino. Por un lado, la eliminación de las restricciones para la compra de dólares redujo el incentivo principal que llevó a millones de personas a refugiarse en las criptomonedas. Sin embargo, lejos de desaparecer, el uso de criptoactivos se mantuvo firme e incluso mostró signos de diversificación.
El Banco Central, que durante años restringió la operatoria de bancos y billeteras con criptomonedas, ahora evalúa habilitar a las entidades reguladas para que ofrezcan criptoactivos como parte de su cartera de inversiones. Esto podría abrir la puerta a una integración aún mayor entre el sistema financiero tradicional y el ecosistema cripto. Además, la operatoria con Bitcoin creció tres veces más que la de stablecoins tras la salida del cepo, lo que indica que muchos argentinos ven en el Bitcoin no solo una vía de acceso al dólar, sino también un activo de resguardo con potencial de apreciación.
Por otra parte, la estabilidad relativa del dólar y la menor volatilidad en el mercado cambiario no eliminaron la incertidumbre en la economía argentina. Las stablecoins mantuvieron su atractivo como refugio ante eventuales turbulencias, y el “dólar cripto” mostró una caída de precio tras el fin del cepo, reflejando la nueva dinámica de oferta y demanda en un entorno más abierto.
Qué puede pasar con el bitcoin durante el gobierno de Milei
El gobierno de Javier Milei, de corte liberal-libertario, ha mostrado una postura ambivalente respecto a las criptomonedas. Por un lado, la liberación del mercado cambiario y la promoción de la competencia monetaria podrían favorecer la expansión del uso de Bitcoin y otros criptoactivos. Por otro, las políticas de vigilancia y control financiero (impulsadas en parte por compromisos con organismos internacionales como el FMI) han generado preocupación en el sector por posibles restricciones a la privacidad y la autocustodia.
Como vemos, aunque el cepo cambiario fue el motor inicial que impulsó la adopción masiva de criptomonedas en Argentina, la economía digital ya está tan arraigada que difícilmente retroceda, incluso en un entorno de mayor libertad cambiaria.