sábado, 16 agosto, 2025
InicioTecnoBoulder, el nuevo paraíso tecnológico progresista que amenaza a Silicon Valley

Boulder, el nuevo paraíso tecnológico progresista que amenaza a Silicon Valley

Mientras Silicon Valley sigue siendo sinónimo del desarrollo tecnológico más avanzado, una pequeña ciudad en el estado de Colorado empieza a perfilarse como una alternativa viable y sustentable para quienes trabajan en el sector.

Boulder, con apenas 100 mil habitantes, logró convertirse en los últimos meses en un paraíso para quienes se dedican a la tecnología; especialmente entre los más críticos con la administración de Donald Trump.

En las últimas dos décadas, Boulder apostó por combinar tres pilares clave: talento, inversión pública en ciencia y una fuerte conciencia ambiental. Este ecosistema atrajo a startups, centros de investigación, laboratorios federales y oficinas de grandes compañías como IBM, Apple y Microsoft.

Ubicada en las afueras de Denver, se transformó en un imán para emprendedores, ingenieros e investigadores en busca de un entorno colaborativo, más amigable con el medioambiente y alejado del modelo hipercompetitivo del Valle californiano.

Boulder, el paraíso tech que quiere eclipsar a Silicon Valley

La ciudad es sede de la Universidad de Colorado. (Foto: Wikimedia Commons)

La ciudad es sede de la Universidad de Colorado, una institución reconocida en disciplinas como física, ingeniería y ciencias ambientales.

Además de formar profesionales altamente calificados, mantiene vínculos activos con organismos como el NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica), el NIST (Instituto Nacional de Estándares y Tecnología) y centros especializados en investigación climática y aeroespacial.

“La Universidad es el motor que articula el talento de Boulder, no solo en el ámbito académico, sino también como puente hacia el sector privado y el emprendimiento”, explica Reed Terrel, ingeniero de software radicado en la ciudad. “Aquí hay infraestructura, pero también una cultura que permite experimentar, fracasar y volver a intentarlo, algo clave para la innovación”.

La calidad de vida también es un diferencial. A diferencia del ritmo de vida de otras ciudades tecnológicas, en Boulder las actividades recreativas al aire libre forman parte del día a día: senderismo, ciclismo, esquí y conciertos en parques al pie de las Montañas Rocosas.

Su marco geográfico lo convierte, por tanto, en un paraje perfecto entre lo urbano y lo natural, algo de lo que la ciudad saca pecho y partido a la hora de promocionar un estilo de vida activo y saludable.

“Muchos empleados trabajan por la mañana y luego se toman la tarde para esquiar. Esa conciliación no es una excepción, es la norma”, detalla David Streett, desarrollador de software en Sovrn.

Otro punto a favor es la cercanía con una gran ciudad como Denver. Así lo destaca David Streett: “Está cerca y cuenta con un gran aeropuerto internacional. Hay muchos vuelos directos desde todas partes. Denver también ofrece una gran cantidad de recursos y actividades, y está a solo 45 minutos en auto. Esto favorece que la gente quiera mudarse aquí”.

Pero no todo es ideal. El éxito de Boulder trajo consigo desafíos urbanísticos. El precio de la vivienda es elevado, las políticas de protección ambiental limitan la expansión inmobiliaria y los costos de vida se dispararon.

“Hay talento, hay oportunidades, pero la vivienda es un problema real que podría poner en riesgo el modelo a largo plazo”, advierte Alaina Beaulaurier, trabajadora del Departamento de Vivienda local.

Un enclave progresista

Donald Trump, una figura repudiada en Boulder. (Foto: Bloomberg)

A pesar de estas tensiones, Boulder mantiene su perfil como hub tecnológico progresista. La ciudad puso el foco en sectores como la biotecnología, la computación cuántica, las energías renovables y las tecnologías de defensa, pero con una fuerte impronta ética.

“En Boulder buscamos diversidad, inclusión y sostenibilidad. Es un lugar que atrae talento que no se siente cómodo con la lógica de Silicon Valley”, resume Terrel.

Este perfil contrasta con el avance del trumpismo en otras zonas del país, lo que convierte a la ciudad en una suerte de burbuja ideológica.

Mientras en muchas regiones crecen los discursos anti-ciencia o contrarios a la diversidad, en Boulder se promueve la inclusión, la innovación con impacto social y una fuerte inversión pública en educación e investigación. Esa tensión cultural se hace visible tanto en debates nacionales como en el tejido cotidiano de la ciudad.

Conectividad para todos: el proyecto de banda ancha pública

La conectividad total que propone la Municipalidad de Boulder, Colorado.

En búsqueda de ser un reducto atractivo para cada vez más empresas tecnlógicas, la ciudad de Boulder se propuso un objetivo ambicioso: convertir la conectividad de banda ancha en un derecho básico, al mismo nivel que los servicios de agua, electricidad o saneamiento.

Desde 2018, trabaja en el desarrollo de una red troncal de fibra óptica para garantizar el acceso equitativo a Internet de alta velocidad. Esta iniciativa busca cerrar brechas digitales y consolidar una infraestructura comunitaria de telecomunicaciones que esté a la altura de los desafíos del siglo XXI.

A fines de 2024, Boulder firmó un acuerdo estratégico con ALLO Communications para llevar Internet de calidad y a precios accesibles a todos los hogares y empresas de la ciudad. El despliegue comenzará por fases desde fines de 2025, con el foco puesto en tres ejes clave: equidad, inclusión y sostenibilidad ambiental.

Esta política no solo refuerza la vocación progresista de la ciudad, sino que también potencia su perfil como polo de innovación tecnológica y científica, según fuentes del Gobierno.

SL

Más noticias
Noticias Relacionadas