Sucedió a inicios de agosto en Tupungato, Mendoza, y es uno de los grandes malentendidos de la historia judicial reciente de la provincia. Una docente de esa localidad fue detenida el pasado 7 de agosto acusada de presunto tráfico de material pornográfico infantil por el Ministerio Público Fiscal mendocino, alertado por una ONG estadounidense. Pasó varias horas demorada hasta que una rápida investigación judicial aclaró la situación: su nieta, de 11 años, se había filmado al desnudo e intentado subir ese video a YouTube para cumplir con un desafío. Lo hizo con un teléfono de repuesto en desuso de su abuela, cuya situación procesal busca caducar el fiscal de la causa.
«Tupungato es un lugar muy pequeño, es un pueblo. Todo el pueblo sabe», consignan en esa ciudad del norte de Mendoza, a casi 71 kilómetros de la capital provincial. Y, en rigor, todo pareciera seguir ese curso, porque el entuerto que comenzó a inicios de agosto y que puso en vilo a toda la comunidad tuvo origen muy lejos, en Estados Unidos. Una organización no gubernamental (ONG) de ese país especializada en casos de tráfico de pornografía infantil remitió un alerta por reiterados intentos de carga a YouTube de un video erótico de una menor desde un celular cuyas coordenadas estaban en Tupungato, Mendoza.
Esa alerta por «material indebido» llegó a instancias del Ministerio Público Fiscal de esa provincia, que el jueves 7 de agosto pasado organizó tres allanamientos en distintas casas de la ciudad. Una de ellas es la de una vicedirectora de una escuela de Tupungato, mientras que las otras dos casas allanadas son de dos de los hijos de la docente. En el primero de los domicilios, los agentes de la Policía de Mendoza convocados incautaron el celular que se había usado para grabar el video erótico en cuestión, en el que se veían las partes íntimas de una niña que baila, y también para intentar subirlo a YouTube.
El siguiente paso fue ir hasta el colegio en el que la vicedirectora cumplía funciones, ese mismo 7 de agosto, para detenerla: el celular incautado era un celular de ella. «Ella no entendía nada, ni de qué le estaban hablando», dejaron trascender a la prensa desde el círculo íntimo de la docente. Su marido contrató un defensor legal, Juan Franco Ferraris, para que la acompañara en su situación procesal, dado que fue acusada de presunto tráfico de contenido pornográfico infantil.
Pasó siete horas demorada, transcurso en el cual comenzó a diagramar el posible contexto de una situación que, aseguraba, la excedía completamente. Decía desconocer lo que pasaba, y que quizás el celular que se le adjudicaba -y que reconocía como propio- se le había perdido en el colegio y algún alumno se lo llevó. También pensó en una nieta suya, que tiene la misma edad que varios de sus alumnos.
Le fue concedida al abogado defensor de la mujer, cuya identidad y edad no trascendieron, la posibilidad de ver el video. Al verlo, dio crédito a la segunda de las hipótesis: quien aparecía bailando desnuda en el video era efectivamente la nieta de la docente. La menor fue convocada e interrogada en Cámara Gesell.
«Antes de declarar, sus padres -el hijo de la imputada y la madre de la menor- hablaron con ella. Ella se puso muy mal. Por suerte, reconoció los hechos, les explicó cómo fue, cuándo fue, dónde lo hizo y con qué teléfono«, declaró Ferraris, el abogado defensor. El teléfono de la filmación era un teléfono de la abuela de la nena, un teléfono en desuso que estaba como repuesto eventual. El video fue filmado durante la madrugada del Día del Padre, cuando la menor estaba en casa de su abuela. Luego, intentó allí mismo subirlo a YouTube, acción que disparó la alerta reiterada que recibió la ONG estadounidense.
Y agregó Ferraris: «En Cámara Gesell lo que dice es que había otras niñas, más grandes que ella, que en la escuela se filmaban y hacían este tipo de contenido. Incluso describe el lugar de la escuela en el que lo hacían con los teléfonos». Tomó intervención en el caso la Unidad Fiscal del Valle de Uco.
La docente quedó en libertad luego de las siete horas de detención, aunque bajo fianza. Mientras tanto, con notoria expeditividad, la Dirección General de Escuelas barajó su penalidad y rebajó el cargo de la mujer, de vicedirectora a maestra, con funciones administrativas en una escuela terciaria. Una semana después, la suspendieron sin goce de sueldo, lo cual se prolongó hasta ahora. Previo al grave desentendido, la mujer se encontraba concursando para el cargo de directora titular y con la jubilación en vistas para dentro de los próximos dos años.
Según trascendió en la prensa local, el fiscal Pablo Fossarolli pidió el último jueves el sobreseimiento de la docente. También trascendió que restan los resultados de determinadas pericias informáticas confirmatorias. Por lo pronto, la Cámara Gesell no volverá a realizarse, por lo que todo indicaría que el curso hacia el sobreseimiento es el que cobra mayor fuerza.
«Tupungato es un lugar muy pequeño, es un pueblo. Todo el pueblo sabe. Por ende, saben quién es la nieta. Sobre todo a ella le han arruinado la vida y a la niña también, porque la niña tuvo que pasar por una cámara Gesell, peritos, todo el bullying que sufrió en la escuela. Ese rótulo lo tiene. De hecho, ellos están evaluando irse de ese pueblo. La mujer que defiendo no puede salir a la esquina a tomar un café ni a hacer las compras», se lamentó el abogado defensor.