«Estamos conformes con la campaña que hicimos. Somos prudentes, pero en la calle se siente el apoyo». Desde el entorno de Juntos por el Cambio evitaban cualquier referencia a la posibilidad de ganar en primera vuelta en las elecciones en Chaco. Estaban seguros que tenían muchas más chances de imponerse incluso en un balotaje. Para ellos, llevarse este domingo en primera vuelta la gobernación era «un batacazo«. Pero el batacazo se dió.
En un escenario político donde las sorpresas son cada vez más la norma, el radical Leandro Zdero se impuso en la provincia y le quitó la gobernación a Jorge Capitanich (Frente Chaqueño), terminando así con 16 años seguidos de peronismo.
Con más del 99,5% de las mesas escrutadas, Zdero logró el 46,16% de los votos contra 41,69% que reunía Capitanich. El tercer candidato, Gustavo Martínez (CER), quedó muy relegado en la pelea y apenas sumó un 5% de los sufragios.
En 2019 Capitanich había ganado la gobernación con casi el 50 por ciento de los votos. En los comicios de esta domingo su performance se desplomó casi diez puntos.
Su caída marca la séptima derrota para un oficialismo en un 2023 donde la bronca con la política es palpable: Mariano Arcioni en Chubut, Alicia Kirchner en Santa Cruz, Omar Perotti en Santa Fe, Alberto Rodríguez Saá en San Luis, Sergio Uñac en San Juan, Marcos Koopmann en Neuquén y ahora Jorge Capitanich.
Es además confirma un profundo deterioro territorial del poder electoral del peronismo, que con Chaco acumuló derrotas en seis de esas elecciones provinciales.
«Es tiempo de salir de tanta oscuridad, de tanta impunidad, y lo vamos a hacer con muchísima responsabilidad. Quiero agradecerle a los que nos votaron y nos acompañó y a los que votaron a otras fuerzas políticas», sostuvo Zdero desde el escenario de un bunker que estaba repleto.
A su lado lo flanqueaba Patricia Bullrich, que había llegado poco antes a la provincia. «Pato» había prometido que iba a viajar a acompañarlo, esperando un desenlace de balotaje. En el escenario también estaban Carolina Lozada, Luis Naidenoff, Ricardo López Murphy y el gobernador de Corrientes, el también radical Gustavo Valdés, y uno de los principales soportes políticos de la postulación de Zdero.
«Esta noche es de un gracias enorme a todos los chaqueños que nos abrieron sus puertas, su corazón. Que escuchamos sus dolores, pero también emprendimos juntos la posibilidad de construir este sueño para reparar a la provincia», agregó el gobernador electo.
Fue un discurso donde levantó las banderas de la austeridad, de la educación y de la seguridad, un ítem que despertó más aplausos que cualquier otro entre el público. En los días previos había sido una de las preocupaciones más mencionadas en los sondeos que hizo Clarín en las calles chaqueñas.
Zdero agradeció además el apoyo de Bullrich y le cedió el micrófono para que avance con el cierre del acto. «Teníamos la convicción de que hay una decisión profunda de cambio en la vida de los chaqueños. Quiero felicitarlos por el gran paso que dieron hoy para liberar a su provincia del kirchnerismo. La batalla que dieron es histórica«, sostuvo la candidata..
El batacazo radical comenzó a palpitarse poco antes de las 19, cuando llegaron los primeros resultados a las pantallas gigantes que estaban instaladas en el boliche La Nuit, ubicado en la céntrica calle Juan Domingo Perón, de Resistencia. Eran datos de apenas el 30% de las mesas, pero mostraban una tendencia que ya no se revertiría. Zdero superaba la barrera de los 45 puntos, el número que necesitaba para quedarse con la gobernación.
Allí se escuchó un grito similar a un gol. Fue un festejo de desahogo. «No lo esperábamos. Creíamos que teníamos al menos seis puntos de diferencia, pero no pensaba que podíamos ganar en la primera vuelta«, le dijo a Clarín uno de los principales referentes de la UCR en la provincia.
La contracara era el bunker de Capitanich, donde se veían caras largas. «Vamos a esperar a que estén los datos del 50% de las mesas antes de hablar» repetían con asombro. Hasta la tarde del sábado estaban confiados de ganar ellos en primera vuelta. Con ese objetivo habían hecho una inversión enorme en asistencia social, pases a planta permanente de contratados del sector público, promesas que estaban pendientes. La gente no acompañó.
Poco antes de las 21 Capitanich llamó a Zdero y lo felicitó por el triunfo. Puso a disposición las herramientas para una transición ordenada que debería arrancar esta semana. Media hora después Coqui reconoció la derrota en público y dijo que el Chaco que deja «no es un feudo».
La victoria de Zdero se había comenzado a gestar en las PASO del 18 de junio, cuando Juntos por el Cambio había sido la fuerza más votada de la provincia, alcanzando los 42 puntos. Fue una elección marcada por la proximidad con el femicidio de Cecilia Strzyzowski, que dañó la confianza en Capitanich por la vinculación con el Clan Sena, los piqueteros acusados de la muerte de la joven.
También estuvieron cruzadas por un ausentismo notable, donde fueron apenas el 62 por ciento de los chaqueños a las urnas. Esos datos crecieron para esta votación, llegando al 68%. «Nosotros necesitábamos crecer apenas un par de puntos para romper esa barrera», era la lectura que habían hecho desde el radicalismo. Pero la veían como un batacazo.
Zdero había dicho que Capitanich dejaba en la provincia una «bomba de mecha corta«. Ahora tendrá que hacerse cargo de apagarla a partir de diciembre.