CÓRDOBA.- “Si esto sigue así hay muchos productores que van a quedar en el camino”. El planteo es de Vanesa Padullés, presidenta de Coninagro Córdoba, en referencia a la próxima siembra de trigo. Vienen reclamando la eliminación de las retenciones sobre el cereal para que sea rentable y evitar la decisión de “saltarlo”. En la región centro los perfiles de humedad de los suelos no son buenos, a lo que se agrega que los precios tampoco son atractivos.
Padullés repasa que en la X Mesa Nacional del Trigo realizada en la Fiesta Nacional de Leones hace poco más de un mes se volvió sobre un “diagnóstico recurrente”: La primera y gran solución es la baja y/o eliminación de retenciones y cualquier otra intervención del mercado. Respecto de las alternativas al trigo, la cebada -que cuenta con buen mercado- es una, sino otros de cobertura de invierno que son más económicos.
“El mayor incentivo que tenemos los productores es el precio que no está -agrega- y si, encima, se elevan los factores de riesgo, se complica nuestra cartera de inversión y trabajo. Hoy en el campo todos los márgenes son bajos, escasos. La soja se planchó a la baja y todos hacemos análisis más minuciosos. Hace 20 años que pedimos terminar con las retenciones; entendemos la situación del país, pero implican menos incentivo a la inversión”.
Córdoba puede producir 5 y 6 millones de toneladas de trigo sobre un total de país que se acerca a 20 millones en un año bueno. Ya en la campaña pasada, por la sequía, en la provincia no se alcanzó el millón de hectáreas.
En la próxima -la siembra comienza en mayo- la cifra podría ser similar. La estimación de costos de las fuentes consultadas por LA NACION es de unos 20 quintales por hectárea incluyendo arrendamiento e insumos. “Esa cifra es muy cercana a la del rendimiento máximo esperado”, precisa el presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (Cartez), Patricio Kilmurray.
Describe que el escenario es “muy complejo” porque ya se venía arrastrando una sequía importante que fue determinante para que la última cosecha fuera “de baja calidad”. Ahora, aunque las lluvias fueron “mejores”, no hay seguridad de que alcancen para la siembra de trigo. Kilmurray calcula que se necesitarían unos 100 milímetros más.
Gabriel de Raedemaeker, expresidente de Cartez y exvicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), ratifica que los perfiles de humedad de los suelos están retrasados: “El Niño nos esquivó. No tenemos el incentivo climático que nos hace ser más positivos en las proyecciones. A eso le sumamos lo impositivo y es determinante para márgenes negativos aun con rendimientos altos, lo que empuja al productor medio a saltearse el trigo y apostar a cosecha gruesa al menos en las distancias en las que las retenciones son determinantes”.
El dirigente posteó un reclamo arrobando al presidente Javier Milei y al ministro de Economía, Luis Caputo. “Tres años de sequía, baja internacional del precio de trigo, presión fiscal insoportable: si no eliminan las retenciones los números no cierran, no podré sembrar trigo y el 12% de cero recaudará cero. #RetencionesNuncaMás para poder ayudar al país”, señala.
Kilmurray insiste en que el sector viene reclamando “desde siempre” por la baja y quita de retenciones y por la falta de políticas estatales para “tener previsibilidad de largo plazo”. De Raedemaeker añade que, “sin condiciones ambientales ni económicas”, es clave que desde el gobierno den una “señal eliminando derechos de exportación porque el cultivo no es competitivo en estas condiciones”.