A pesar de los anuncios que se hicieron en 2022, el proyecto para la creación del Parque Nacional Selva de Montiel quedó trunco. La Fundación Wyss iba a aportar fondos para la compra de los lotes privados que requería la iniciativa, pero nunca se avanzó. Hoy, parte de la propuesta y las especies que habitan en el departamento entrerriano de Federal corren riesgo por acción de la quema y de la tala: a la fecha, 300 hectáreas que iban a integrar el área protegida fueron desmontadas.
“El Espinal está desapareciendo de la faz de la tierra”, dijo Hernán Casañas, director ejecutivo de Aves Argentinas, una ONG que pertenece a BirdLife International.
La Argentina adhirió en 2022 al acuerdo internacional de Montreal, que incluía el objetivo de conservar para 2030 el 30% de la tierra y los océanos. “El proyecto del Parque Nacional Selva de Montiel se encaminaba a ese objetivo, pero se frenó. Al estar rodeado de explotaciones agrícolas y ganaderas corre riesgo”, sostuvo Casañas a LA NACION.
A pesar de que el área forma parte de una reserva de usos múltiples y fue declarada “zona roja” –como tal, no puede ser sometida a desmontes–, hay evidencias que indican que no se ha preservado. “Serían alrededor de 300 hectáreas las que se desmontaron y luego se quemaron desde 2021 en esta parte de San Juan del Puerto, el corazón de lo que iba a ser el Parque Nacional Selva de Montiel”, dijo Pablo Aceñolaza, director de Áreas Protegidas y responsable del Plan del Manejo del Fuego de Entre Ríos, un organismo que depende de la Secretaría de Ambiente de la provincia.
La Selva de Montiel es una zona de bosque que, en gran medida, está situada al noroeste del territorio entrerriano, en el norte del departamento de Federal. Está emplazada en la región que, en biogeografía, se denomina El Espinal. Aunque desde lo técnico no es estrictamente una selva, se mantuvo para preservar el aspecto cultural de la denominación.
La superficie elegida para proteger es importante debido a que constituye el reservorio natural de cientos de especies de aves –como el cardenal amarillo, el ñandú y el capuchino de pecho blanco– y está poblada de palmares mixtos de las especies yatay y carandilla.
“Es uno de los ambientes más amenazados de la Argentina y, por eso, la Administración de Parques Nacionales (APN) buscaba conservarlo por medio de algunos proyectos puntuales”, argumentó el director de Aves Argentinas.
Para el desarrollo del área protegida, se contemplaba la compra de dos lotes de un área natural provincial que pertenecían a un campo privado, el apoyo de la ONG Aves Argentinas y el financiamiento de la Fundación Wyss.
Tal como se detalla en su página web, Wyss es una fundación caritativa privada que se dedica a “apoyar soluciones innovadoras y duraderas que mejoran vidas, empoderan a las comunidades y fortalecen las conexiones con la tierra”. El suizo Hansjörg Wyss, un empresario multimillonario donante de causas políticas y ambientales liberales en los Estados Unidos, es su titular.
En 2021 se firmó un acuerdo entre el entonces ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié; el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet, y Aves Argentinas para trabajar en conjunto hacia la creación de un área protegida nacional en el lugar. Sin embargo, cuando en medio de la gestión anterior cambiaron los titulares de APN, dejaron de registrarse avances. “El presidente que dentro del mismo gobierno vino después, tuvo una visión diferente y frenó el proyecto. Adujeron cuestiones técnicas”, amplió Casañas.
No está claro qué va a suceder con el proyecto del Parque Nacional Selva de Montiel en el nuevo gobierno nacional. Hasta ahora, Aves Argentinas solo se reunió con los responsables de APN. “Todo parecería indicar que esta administración no busca la creación de áreas nuevas. No se ha manifestado públicamente, pero de ser así sería un error. Significaría ir en contra de los compromisos internacionales que tiene la Argentina en relación con la protección de la biodiversidad”, sumó Casañas.
Para que un parque nacional se cree en la Argentina, se necesita que la provincia ceda la jurisdicción del territorio. El Congreso de la Nación debe aceptar luego esa cesión y crear el parque a través de una ley. Según el director de Aves Argentinas, se trata de un proceso sociopolítico muy complejo en el que intervienen muchísimos sectores de la sociedad. “El sector productivo muchas veces es proclive a ponerse en contra de estos proyectos porque cree que va en detrimento de su capacidad productiva. Sin embargo, hay muchos propietarios dentro de las reservas nacionales en la Argentina. No es un impedimento para la producción”, concluyó Casañas.
La respuesta de la Administración de Parques Nacionales
Ante la consulta de LA NACIÓN, la Administración de Parques Nacionales destacó que el organismo está atento a la posibilidad de ampliar las áreas protegidas, pero que faltan todavía allanar cuestiones. “Se deberá resolver el tema de dominio y la cesión de jurisdicción provincial”, dijo Marcelo Forgione, vicepresidente de la APN.
Según expuso, para la implementación de un parque nacional en esa zona se requiere de acuerdos y compromisos entre privados y ONG que incluyan al área ambiental de la provincia de Entre Ríos. Y recordó que el proyecto “está en carpeta desde 2018″.
“La propuesta tiene un fuerte componente de esfuerzos en restauración ambiental: intenta transformar prácticas ganaderas para que sean compatibles con la preservación de valores de conservación”, consideró.
Respecto de si están al tanto de las actividades de desmonte, respondió: “No nos corresponde opinar, ya que no tenemos ninguna injerencia ni control en el área”.