Este fin de semana se conoció que la Fiscalía General de la Nación archivó el proceso penal que se había iniciado en contra del chófer de la tractomula que atropelló y provocó la muerte del niño Julián Esteban Gómez de 12 años de edad en el momento de su triste deceso, el 18 de julio de 2021.
El pequeño se había hecho célebre dos años antes porque lloró cuando en Zipaquirá (Cundinamarca) le hicieron un homenaje a Egan Bernal, que para entonces se había ganado el Tour de Francia, la competencia de ciclismo más importante del planeta.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel
“Cuando yo sea grande quiero ser como Egan Bernal, ganar el Tour de Francia, el Giro de Italia”, expresó emocionado y entre lágrimas, por lo que su imagen se volvió icónica, al punto que formó parte del mural que le hicieron Bernal en el mencionado municipio cundinamarqués.
Desde entonces el pequeño comenzó a trabajar con mayor empeño para lograr emular a su héroe, por lo que llegó al equipo de ciclismo municipal que dirigía Fabio Rodríguez, recordaron con motivo de su trágica muerte en el periódico El Tiempo.
Precisamente este sábado 16 de noviembre, en el mismo diario bogotano, revelaron que la Fiscalía General de la Nación archivó el proceso por su deceso.
“No se pudo corroborar la responsabilidad por parte del conductor de la tractomula, ya que iba en su carril y a una velocidad prudente”, argumentaron en el ente acusador.
En ese medio de comunicación entrevistaron a la madre del menor, Fernanda Torres, quien señaló que si bien no se puede decir que el conductor involucrado haya salido con la intención de asesinar al niño, le resultaba absurdo los pocos avances que hubo en la investigación por el caso.
“Él siguió con su vida normal, como si nada hubiese ocurrido. Ni siquiera le suspendieron el pase por un tiempo, así sea por moralidad o condolencia con la persona que perdió a alguien. Los siniestros viales pasan y solo dicen: ‘ay, pobrecito, se murió otro’ y ya, no pasa más”, citaron de sus declaraciones.
La señora Torres reprochó que fue poca la celeridad que tuvo la Fiscalía para sacar adelante el proceso, lo que tuvo como consecuencia que después de tres años lo archivaran.
“Fui varias veces a buscar a la fiscal y me cansé, nunca estaba (…) La justicia espera que pasen y pasen los años requeridos para cerrar el caso, porque no avanzan en nada. No solo me pasa a mí, no le dan solución a nadie; pero el dolor lo llevamos nosotros, no piensan cuánto puede dolerle a alguien la vida de un ser querido, es que no tiene precio”, señaló.
Según su relato en El Tiempo la tragedia tampoco concluyó con la muerte del niño y la falta de justicia en su caso, sino que siete meses después del suceso, también falleció el abuelo, Guillermo Torres, que el día del terrible siniestro lo estaba acompañando, por lo que, al parecer, se sentía culpable por lo ocurrido y cayó en una profunda depresión.
“Él siempre dio todo por Julián. Lo llevaba a lo que él amaba y eso era algo muy lindo”, detalló la madre de Julián Esteban.
Recién ocurrió la muerte del niño, sus familiares narraron en la revista Semana que el chófer de la tractomula la emprendió en contra de las personas que acompañaban al menor luego de que lo embistiera.
“El señor se bajó como a discutirles que era culpa de ellos, luego llegó mucha gente y según lo que me comentan, la Policía tuvo que llevárselo porque algunos iban a tomar represalias contra él”, contó su tío César Torres.
Mientras que en la emisora Blu Radio, el abuelo del niño aseguró que el conductor, al parecer, no respetó la distancia que debía mantener con el niño ciclista y que kilómetros atrás se la pasó pitándoles, lo que lo puso nervioso y presagiaba el terrible suceso.
“Íbamos por la berma de la carretera, un tipo de un camión iba pite y pite y nosotros íbamos por ahí. De un momento a otro con la velocidad que llevaba las ruedas lo absorbieron. Yo iba en la parte de atrás porque a ellos les rinde más, pero el tipo empezó a pelear y a pitar desde atrás, eso fue en la carretera para salir a Tabio”, contó en el medio radial.
Por ese trágico suceso la velocidad máxima en Colombia es de 50 kilómetros por hora en vías urbanas y de 30 km/h en zonas escolares y residenciales desde el 2022, luego de que se sancionara la ley 2251 que también se conoce como la ley Julián Esteban Gómez.