InicioUncategorizedTom Hardy, el actor de Venom y su historia desconocida: de un...

Tom Hardy, el actor de Venom y su historia desconocida: de un pasado sumergido en las drogas a ser una estrella de Hollywood

Pocos actores en Hollywood poseen la capacidad de dominar la pantalla grande con la intensidad y versatilidad que define a Tom Hardy (47), quien se consagró como uno de los más respetados de su generación al construir una trayectoria que abarca todo tipo de profundos y complejos personajes que van desde brutales villanos hasta anti héroes atormentados.

Sin embargo, detrás de la estrella que hoy deslumbra en grandes franquicias como Venom y cine de autor, existe un hombre marcado por una vida llena de desafíos, ya que la lucha contra las adicciones, el descontrol y los comportamientos autodestructivos no solo moldearon su carácter, sino también el actor en el que se convirtió.

Pese a los altibajos, emociones y luchas que le tocó enfrentar, Tom Hardy no sólo sobrevivió a sus demonios, sino que los utilizó como su principal fuente de inspiración, impregnando a sus personajes con una autenticidad y crudeza desgarradora que aún sigue resonando con el público.

Edward Thomas Hardy nació el 15 de septiembre de 1977 en Hammersmith, un distrito de Londres, Inglaterra. Creció en el suburbio de East Sheen, en el seno de una familia atravesada por el arte, como hijo de la pintora Elizabeth Anne Barret y del dramaturgo, novelista y guionista Edward John ‘Chips’ Hardy.

Educado en instituciones educativas de clase media-alta, el actor fue criado en un ambiente burgués repleto de privilegios. En su hogar abundaban los libros y la música. Además, los regalos y las vacaciones en el extranjero eran habituales, y la educación privada era una norma. Tom reconoció que “siempre sintió cierta vergüenza por ser privilegiado”.

Una infancia marcada por las adicciones

Tom Hardy, como Eddie Brock en «Venom, el último baile». Foto: Sony

Cuando tenía 11 años, Hardy asistió a una charla escolar donde un policía advirtió sobre los riesgos de consumir drogas. Sin embargo, para cuando cumplió 13 ya había empezado a consumir alucinógenos, desarrollando una adicción que lo involucró en problemas legales y provocó su expulsión de la escuela pública Reed tras un robo.

A raíz de este incidente, su educación continuó en el colegio Tower House y la escuela de Drama Richmond, hasta que ingresó al Centro de Drama en Londres para seguir su formación artística.

Entonces, Hardy estaba sumido en una adicción al alcohol y al crack que gobernó su vida hasta los 20 años. De hecho, su dependencia a las bebidas y las sustancias para sobrellevar su distimia -un trastorno depresivo persistente- era tan intensa que Tom una vez aseguró que hubiera sido capaz de “vender a su propia madre por un poco de droga”.

A los 15, recibió un diagnóstico de psicopatía infantil y fue detenido al ser sorprendido conduciendo un Mercedes robado con una pistola en su poder, y a los 17, se enfrentó a una pena de hasta 14 años de cárcel, pero los cargos terminaron siendo desestimados. “Aquellos fueron días oscuros”, resaltó el actor.

Sobre la condena que pudo haberle costado más de una década tras las rejas, Tom explicó: “Yo no conducía. Tenía un amigo cuyo padre era diplomático y agarramos el coche del socio de su papá. Estábamos armados y podría haber sido condenado a 14 años de cárcel, lo que me asustó mucho”.

“Estaba seguro de que terminaría en la cárcel. Pasé semanas sin dormir, porque 14 años es mucho tiempo cuando uno lo piensa, pero tuve muchísima suerte porque mi amigo obtuvo su inmunidad diplomática, así que si él no estaba allí, el coche ni el arma estaban allí y entonces, yo tampoco”, planteó.

A pesar de haber quedado en libertad, el actor sostuvo que aquella angustiante experiencia fue “una verdadera llamada de atención” para él. “Mi comportamiento se estaba descontrolando mucho. Creo que estaba tratando de expresarme como un hombre, pero me salió mal, si es que eso tiene sentido”, reflexionó.

Tom Hardy y su perro. El actor es muy cuidadoso de su familia y sus hijos.

Lejos de ver su buena suerte como una señal para corregir su conducta, Tom sólo se volvió más precavido en sus malas decisiones. “No quería que nadie supiera que estaba perdiendo el control, pero era imposible ocultarlo. Tuve suerte de no haber sufrido un accidente, terminado en la cárcel o contraído enfermedades como hepatitis o sida”, manifestó.

No obstante, algo cambió para Hardy en 2003. En una noche de festejo por Old Compton Street en Soho, Reino Unido, el actor se despertó en un charco de su propia sangre y vómito por lo que decidió ingresar en rehabilitación para tratar sus adicciones.

El médico que lo atendió a la mañana siguiente fue quien ayudó a Tom a dar el primer paso hacia la sobriedad: “Recuerdo que me dijeron: ‘Si sigues ese camino, no volverás. Eso es todo lo que necesitas saber’ y ese mensaje permaneció en mí con claridad durante el resto de mis días”.

De este modo, Hardy decidió emprender un proceso de rehabilitación que transformó su vida por completo, ayudándolo a mantenerse alejado del alcohol y las drogas hasta el día de hoy.

La actuación como catarsis

A la hora de redireccionar su vida, Tom admitió que se inclinó por la actuación para enorgullecer a su padre: “Lo que me salvó la vida en mis momentos de mayor oscuridad fue actuar y soy hijo único así que eso era muy importante para mi. Comprendí que había una facilidad en mí para hacerlo y no existían otras cosas que pudiera hacer, por lo que elegí invertir mi tiempo en esto”, reconoció.

Para Hardy, el cine se convirtió en el refugio donde volcar toda su energía, reemplazando de manera constructiva las adicciones que lo atormentaron. Sin embargo, Tom cree que su pasado aún condiciona su brillante presente en Hollywood, ya que el miedo que marcó sus años de consumo, también es un motor en su carrera como actor.

Tom Hardy como Venom, en la saga del superhéroe de Marvel. Foto: Sony Pictures

«Amo lo que hago, pero lo que me impulsa verdaderamente es el temor a no poder hacerlo y lo mismo me pasaba con las bebidas. Cuando me planteaba dejar el alcohol, me preguntaba: ‘Si dejo de tomar, ¿quién soy? ¿Qué tengo?’. Así que ahora me siento en la obligación de tener cuidado con los caminos que elijo», aseveró.

Desde entonces, Hardy traslada parte de la oscuridad que le tocó vivir a las pantallas, ya que generalmente se siente más cómodo personificando villanos, criminales y personajes miserables en las películas donde actúa. “Lo atractivo para mí es que en esos personajes hay muchas más sutilezas, complejidades y paradojas de la condición humana con las que jugar”, explicó.

Y si bien, hoy es considerado uno de los actores favoritos de los directores para interpretarlos, el actor es selectivo al elegir los roles que protagoniza. “La violencia aún sigue teniendo un encanto para mí, por eso me eligen», aseveró.

“Soy un actor, no un criminal. Pero sí soy capaz de ponerme en el lugar de esas personas y disfrutar de este lugar seguro para aprender un poco. Eso me resulta sumamente interesante”, afirmó.

El recorrido que lo transformó en Venom

Antes de convertirse en uno de los actores más respetados de Hollywood, Tom Hardy incursionó en el mundo del modelaje. A los 21 años, ganó el concurso Find Me a Supermodel (1998) y firmó con la agencia Models One. Sin embargo, a los 22, incursionó brevemente en la música como rapero y productor de hip hop junto a su amigo Edward Tracy al lanzar su mixtape Falling On Your Ass en 1999.

Tom Hardy luchó desde joven contra la adicción a las drogas. Foto: Reuters/Benoit Tessier

En 2022, su vida cambió al comenzar su carrera actoral en la miniserie Band of Brothers de la señal británica BBC, bajo la dirección de Steven Spielberg. En esta producción de HBO que contó con 10 episodios, Tom destacó como John Janovec, un soldado que llega a reforzar al regimiento de paracaidistas en Europa, en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial.

Aunque su papel fue secundario, le sirvió como un trampolín para su debut cinematográfico con el filme bélico de Ridley Scott, El halcón negro, como John «Grimesy» Grimes, un soldado estadounidense del ejército en la misión de la Operación Restaurar la Esperanza en Somalia, en 1993.

Pero no fue hasta 2008 que Hardy alcanzó la fama al protagonizar Bronson, la biografía del infame criminal británico Michael Peterson más conocido como Charles Bronson (homónimo del actor). Con este rol, el actor sorprendió a la crítica al ofrecer una interpretación tan intensa como desafiante, retratando a un personaje consumido por la violencia.

La película se convirtió en la primera prueba del actor para demostrar su talento como protagonista en la pantalla grande y consolidar su reputación como un maestro de las transformaciones drásticas tanto a nivel físico como emocional.

Tom Hardy como Bane en «Batman: el caballero de la noche asciende». Foto: AP/Warner Bros. Pictures/ Ron Phillips

Su talento para encarnar villanos y personajes antagónicos le permitió brillar en la franquicia Marvel Studios como Venom cuya trilogía incluyó Venom: Carnage liberado (2021) y culminó con el éxito rotundo de Venom: el último baile en octubre de 2024 con la que ganó un salario de 20 millones de dólares. Por su parte, la saga cinematográfica superó todas las expectativas, recaudando 436 millones en taquilla a nivel global superando su presupuesto de 120 millones.

Como Eddie Brock, Hardy ofrece una de sus interpretaciones más dinámicas en la piel del antihéroe, fusionando la comedia negra con intensos momentos de acción mientras da vida al simbionte alienígena que se convierte en una especie de compañero emocional y combativo. Así, Tom construye un personaje único dentro del universo de los superhéroes, donde los conflictos internos y la transformación personal son tan importantes como las batallas físicas.

El actor también formó parte del universo DC en Batman: el caballero de la noche asciende (2012) como Bane, un intimidante aunque formidable enemigo para Batman (Christian Bale), llevando a Gotham al borde del caos.

Además, Tom se posicionó como uno de los actores más camaleónicos y versátiles de Hollywood al navegar multifacéticos roles de variados géneros como la ciencia ficción. En El origen (2010) de Christopher Nolan, interpretó a Earnes: un habilidoso, ingenioso y carismático falsificador clave del equipo de extracción de sueños liderado por Dom Cobb (Leonardo DiCaprio).

En La última pelea (2011), el actor se animó a la acción para explorar la redención, y el conflicto familiar como Tommy Conlon: un ex marino traumatizado que vuelve a su ciudad natal y participa en un torneo de artes marciales mixtas con la esperanza de redimir su pasado, y enfrentarse a sus demonios internos.

Tom Hardy no reniega de su pasado, sino que supo usarlo para construir una carrera en Hollywood. Foto: EFE/Ian Langsdon

Tom Hardy también se lució en el drama con su interpretación de John Fitzgerald en El Renacido (2015), un personaje pragmático, despiadado y codicioso que traiciona al protagonista Hugh Glass (Leonardo DiCaprio) tras el ataque de un oso. Su destacada actuación le valió una nominación al Oscar como Mejor Actor de Reparto en la 88ª edición de la ceremonia celebrada en el Dolby Theatre.

Lejos de permitirse ser encasillado, entre el 2014 y 2022, el actor navegó el género gánster y thriller en la exitosa serie Peaky Blinders como Alfie Solomons, el astuto y moralmente ambiguo líder judío mafioso cuya relación con Thomas Shelby (Cillian Murphy) fluctúa entre la colaboración y la traición.

Superación personal y el deporte como refugio

Con 47 años, Tom Hardy sigue comprometido con la sobriedad que alcanzó a los 25 y aunque su carrera en Hollywood lo convirtió en una figura mundialmente famosa, mantiene una vida privada discreta y centrada en ser el mejor padre posible para sus tres hijos: Louis, de su relación con Rachael Speed y sus otros dos pequeños con su actual esposa, y actriz británica de Peaky Blinders, Charlotte Riley.

“No diría que convertirme en padre me salvó, pero definitivamente me cambió la vida”, dijo Tom, quien actualmente mantiene un perfil bajo en el ojo público e incluso prioriza el tiempo en familia antes que asistir a premiaciones pese a su estatus de celebridad.

Tom Hardy practica jiu-jitsu, un arte marcial. y ha ganado torneos. Foto: /Taped_fingers/instagram)

Al respecto, Hardy explicó que si bien, una parte de él desea ganar galardones y estar en la portada de revistas, otra parte de él no tiene esa ambición: “No soy el tipo que necesitan, no soy un modelo a seguir. No quiero que me miren tan profundamente, porque después de rascar la superficie, van a descubrir que sólo soy una persona normal”.

Al referirse sobre las miradas que existen sobre él y su cuerpo desde que alcanzó el estrellato, Tom resaltó que si bien se ve y es percibido como un actor masculino, se siente conectado a su energía femenina.

“La gente suele decir que tengo una apariencia muy varonil, pero yo no lo percibo de esa manera. Siempre me sentí intrínsecamente femenino, con rasgos femeninos definidos que me hacen sentir fuera de lugar en ciertos entornos. Quizás las cualidades masculinas que proyecto sean una respuesta inconsciente para compensar mi sensación de no ser ‘uno de los chicos’”, analizó.

Otro de sus importantes enfoques es mantener una rutina saludable y para ello, el actor se volcó al jiu-jitsu, arte marcial que descubrió mientras se preparaba para roles exigentes físicamente, como en La última pelea y considera una forma de terapia.

Según Hardy, entrenar no sólo le permite liberar tensiones y mantener su mente enfocada, sino también trae consigo significativos beneficios físicos. Tanto impacto tuvo en su vida, que a los 45 años consiguió el cinturón morado, un logro que refleja su pasión y disciplina.

En competencia. Tom Hardy, en un torneo de jiu-jitsu. Foto: /Taped_fingers/instagram)

De hecho, meses antes, el actor británico también ingresó al Campeonato Abierto Brasileño de Jiu-Jitsu 2022, una competencia organizada por Ultimate Martial Arts Championships en la escuela Oakgrove en Milton Keynes, Inglaterra donde no sólo sometió a sus oponentes, sino que ganó todas sus peleas.

Más noticias
Noticias Relacionadas