El gobierno de La Rioja anunció que el «Chacho», la cuasimoneda emitida -no sin polémica- por la gestión de Ricardo Quintela para pagar sueldos públicos, tiene fecha de extinción.
El bono -que remitió a tiempos de crisis del 2001 y fue una alternativa a la disputa directa entre el gobernador peronista y la administración central de Javier Milei- dejará de circular el 31 de diciembre de este año.
El anuncio fue realizado por el ministro de Hacienda provincial Jorge Quinteros, quien a su vez reveló que el oficialismo local pagará un plus salarial de $300 mil en dos cuotas de $100 mil y dos de $50 mil a los trabajadores estatales.
En respuesta a la crisis financiera que atravesaba la provincia a principios de año que se negó a ajustar, agravada por los recortes de fondos de la Nación y la devaluación, el Bono de Cancelación de Deuda (Bocade), impulsado por Quintela como cuasimoneda homenaje al caudillo Ángel «Chacho» Peñaloza , comenzó a circular el 1° de julio pasado.
Habían sido aprobados por la Legislatura local a fines de febrero. En ese momento, el gobernador argumentó que la emisión de los bonos reactivaría el circuito económico local y que ayudaría al consumo. No trascendieron ni los resultados ni las razones de su fin.
Quintela promovió la emisión de «Chachos» por un total de $22.500 millones, de los cuales un 30% se destinó al pago de salarios de los empleados públicos. Según la normativa provincial, estos bonos podían ser utilizados para adquirir productos en comercios adheridos o para el pago de servicios e impuestos provinciales, implementación que encontró resistencias en el mercado.
Ante ese anuncio, el presidente Javier Milei advirtió que Nación no se iba a responsabilizar de la deuda generada con estos bonos.
Los Chachos y la puja de Quintela contra Milei
A fines de agosto, La Rioja informó en una nota dirigida a la Bolsa de Valores de Buenos Aires que no iba a pagar ni el capital ni los intereses de los bonos internacionales con vencimiento en 2028, argumentando que se encontraba en proceso de negociación con los acreedores. Debía abonarse en ese entonces, 26 millones de dólares.
El conflicto financiero se produjo en medio de un enfrentamiento político entre el peronista que pretendió presidir fallidamente el PJ y el Presidente. El gobernador fue uno de los críticos más intransigentes de la administración libertaria. En un momento previo a las elecciones, Quintela manifestó que iba a renunciar a su cargo si el candidato de La Libertad Avanza ganaba, lo que reflejaba la tensión entre ambos dirigentes. No lo hizo.
Sus últimas declaraciones contra el jefe de Estado no fueron menos incendiarias. Le pronosticó que no terminará el mandato, proyectando un escenario de ebullición social, escenario al menos contradictorio para su decisión de retroceder con la cuasimoneda provincial.
DS