jueves, 9 enero, 2025
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ChatGPT: de juguete popular a herramienta de negocio global

OpenAI, la empresa creadora de ChatGPT, ha lanzado recientemente el GPT Store, un sitio donde cualquiera puede crear y vender sus propias versiones personalizadas de ChatGPT. Esto ha generado muchas preguntas: ¿Es ChatGPT solo una app súper popular, una especie de plataforma donde otros pueden ofrecer sus propias ideas de inteligencia artificial, o una tecnología revolucionaria que sigue evolucionando? Esta duda ha puesto a pensar a muchos expertos. Benedict Evans, un famoso analista tecnlógico, lo expresó bien cuando preguntó: “¿Es ChatGPT un producto o solo una demostración tecnológica?”.

Por un lado, podríamos ver ChatGPT como un producto porque es algo que los usuarios pueden comprar, usar y disfrutar (¡o frustrarse con!) todos los días. Es como Netflix, pero en lugar de ver series, interactúas con una inteligencia artificial que puede responder desde dudas sobre matemáticas hasta recomendaciones de recetas.

Pero, pero, pero, la nueva GPT Store de OpenAI le da una vuelta a esta idea. Ahora, cualquiera puede crear su propia versión de ChatGPT y venderla, lo cual convierte a OpenAI en una especie de plataforma, como YouTube o la App Store, donde los creadores suben su contenido para que otros lo utilicen y compren.

La verdad es que para OpenAI, ChatGPT es ante todo una tecnología. De hecho, la empresa no empezó con la idea de hacer una aplicación que nos hablara, sino con la ambición de desarrollar modelos avanzados de inteligencia artificial. Y aunque hoy en día esa tecnología toma la forma de un «producto inicial en beta» que todos podemos usar, OpenAI sigue enfocada en mejorar la tecnología en sí misma, sin preocuparse tanto por hacer que ChatGPT sea «el producto perfecto» o una plataforma de éxito inmediato.

Entonces, ¿qué significa todo esto para el futuro? Depende de la estrategia de cada empresa. Algunas van a querer desarrollar su propia versión de «ChatGPT», usando la tecnología base y adaptándola a sus propias necesidades. Otras, en cambio, preferirán subirse a la plataforma de OpenAI, creando versiones personalizadas que puedan vender ahí mismo, sin la necesidad de construir todo el sistema de inteligencia artificial desde cero.

El caso de ChatGPT nos muestra que, en el mundo de la tecnología, los límites entre producto, plataforma y tecnología no siempre están claros. Tal vez OpenAI esté intentando ser las tres cosas a la vez: una tecnología innovadora, un producto que todos quieren usar y una plataforma donde cualquiera puede crear y vender sus propias ideas. Como si fuera un gran experimento en vivo sobre cómo hacer negocios en el futuro.


Sobre la firma

Pablo Foncillas

Columnista de la sección Economía

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