La suspensión de Mi Casa Ya, el programa de subsidios de vivienda en Colombia, generó mucha preocupación en el país, tanto en los hogares como en el sector de la construcción. De acuerdo con un informe de Corficolombiana, la decisión se traduce en un incremento notable en las cuotas mensuales para los posibles beneficiarios y restringir el acceso a viviendas de interés social (VIS) para las familias con ingresos inferiores a 2,5 salarios. mínimos mensuales legales vigentes (smmlv), que para este año equivalen a $2.847.000.
La entidad analizó el impacto de esta política y explicó que el aumento afecta de manera directa a los hogares de ingresos medios y bajos.
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Según cifras de esta, mientras antes era posible asumir cuotas de aproximadamente $1.200.000 para viviendas VIS financiadas a 15 años con una tasa de interés del 11%, ahora las familias deberán asumir pagos cercanos a $1.700.000. Esta diferencia, precisó, “representa un incremento del 40% en las cuotas, lo que reduce significativamente la capacidad de compra de los hogares”.
Como se recordará, el programa Mi Casa Ya fue implementado como una herramienta clave para el acceso a la vivienda en Colombia, con facilidades de pago inicial y un alivio de las tasas de interés.
Durante 2021 y 2022, se benefició a más de 60.000 hogares cada año, pero con el cambio de Gobierno, en 2023 se esperaba apoyar a unos 50.000 hogares al año, cifra que ya mostraba una disminución. Sin embargo, en diciembre de 2024 se confirmó la suspensión definitiva del programa, y para el presupuesto de 2025 se estima una reducción del 40% en los recursos asignados al Fondo Nacional de Vivienda (Fonvivienda), la entidad encargada de la financiación.
“El agotamiento de las coberturas a las tasas de interés también trajo como consecuencia la suspensión de nuevas postulaciones al subsidio”, señaló la entidad.
Y es que el impacto de esta decisión también golpeó al sector constructor. La incertidumbre derivada de estas políticas se refleja en las estadísticas de ventas: mientras en 2022 se alcanzó un récord con 263.000 registros de viviendas nuevas vendidas, en 2023 la venta cayó en 106.554 unidades, lo que dejó un saldo de 146.000 viviendas comercializadas hasta noviembre de 2024.
La situación se agravó con el aumento en los desistimientos, que alcanzaron un máximo histórico con 41.000 solicitudes canceladas en 2023.
Desde Corficolombiana advierten que “esta desconfianza afecta tanto la recuperación del sector como la capacidad de los hogares para adquirir vivienda” .
Además, el analista de sectores y sostenibilidad de Corficolombiana, Andrés Gallego, manifestó que “menos hogares tendrán la capacidad de comprar una vivienda, afectando la recuperación del sector”. Para 2025, los desafíos no solo serán en materia habitacional, sino también en cuanto a los proyectos de infraestructura vial, otra área clave para el sector de la construcción.
Ante la situación, Corficolombiana solicitó que se implementen políticas que no solo prioricen el déficit cuantitativo de vivienda, sino que “eviten que una política basada únicamente en mejoras limite la adquisición de vivienda para hogares de ingresos medios y bajos, afectando también la reactivación del sector inmobiliario”.
Frente a este panorama, la incertidumbre crece tanto entre los hogares como en las constructoras, que incluso en estas decisiones una amenaza mayor para la economía del sector.
El informe de Corficolombiana destaca también que los proyectos de infraestructura 4G y 5G avanzan de manera muy lenta. Hasta octubre de 2024, la ejecución de estos proyectos cayó un 18%.
De los siete megaproyectos 5G en desarrollo, solo cuatro están en fase de construcción, siendo los accesos Cali y Palmira y el corredor Buenaventura-Loboguerrero-Buga los que presentan mayores avances, con un 19,9% y 2,5%, respectivamente.
Por supuesto, las cifras reflejan una desaceleración en el desarrollo de obras fundamentales para la conectividad nacional.