El Gobierno nacional ya tiene listo un proyecto de reforma del Código Penal, que busca endurecer las penas para determinados delitos y hacer que la prisión perpetua sea realmente de por vida.
La iniciativa será presentada por el presidente Javier Milei el próximo 1° de marzo, durante la apertura del año legislativo.
Una reforma para penas más severas
El secretario de Justicia, Sebastián Amerio, lidera este proyecto en conjunto con la Comisión de Reforma del Código Penal, presidida por el jurista Jorge Buompadre. Entre los principales cambios que se proponen se encuentran:
- Convertir la cadena perpetua en una pena efectiva de por vida. Actualmente, el Código Penal permite que un condenado a prisión perpetua pueda solicitar la libertad tras 35 años de cumplimiento efectivo.
- Aumento de penas para delitos graves, como homicidios agravados y delitos de extrema violencia.
- Endurecimiento de castigos por violaciones, con penas que podrían superar los 20 años de prisión en casos agravados.
«Nosotros queremos que la perpetua sea, efectivamente, perpetua, para toda la vida», explicaron fuentes oficiales involucradas en la elaboración del proyecto.
El equipo detrás de la reforma
El grupo encargado de esta reforma está compuesto por figuras clave del ámbito jurídico y judicial, incluyendo al ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona, y jueces como Mariano Borinsky, María Eugenia Capuchetti y Ricardo Ángel Basílico.
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Además, participan los juristas Carlos Manfroni, Horacio Romero Villanueva, Fernando Soto, Valeria Onetto y Mercedes Rodríguez Goyena.
El juez Mariano Borinsky, uno de los principales redactores del texto, se reunió recientemente con Cúneo Libarona para ultimar los detalles antes de su presentación en el Congreso.
«El que las hace, las paga»: la visión de Milei sobre la seguridad
El presidente Javier Milei ha enfatizado en reiteradas ocasiones que su gobierno aplicará una política de tolerancia cero al delito, bajo el principio de «el que las hace, las paga».
Desde su perspectiva, el aumento de penas no solo tiene un efecto punitivo, sino también disuasorio, ya que un criminal evitaría delinquir si sabe que enfrentará una condena severa y sin posibilidad de reducción.
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Esta doctrina se basa, en parte, en las teorías del economista Gary Becker, autor del libro «Crimen y castigo», quien analizó el delito desde un enfoque económico y propuso estrategias más rigurosas para combatir la criminalidad.
Cárceles privadas: otro eje de la reforma
En paralelo a la modificación del Código Penal, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, trabaja en un proyecto para la construcción de cárceles de gestión privada, con el objetivo de reducir la sobrepoblación carcelaria.
Este modelo ya fue anunciado en mayo pasado en conjunto con el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, y contempla la creación de dos prisiones privadas en la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, hasta el momento, no han sido inauguradas.
Con estos proyectos, el gobierno de Milei busca reformar el sistema judicial y penitenciario, aumentando la seguridad y garantizando que quienes cometen delitos cumplan efectivamente sus condenas.